Okja

Okja: Todas las emociones en una sola película

Los primeros minutos ya estaba sumida en la ternura absoluta viendo cómo interactuaban Mija con Okja, que más que ver a una niña jugar con su mascota, era ver dos compañeras de vida. Primer lagrimón listo.

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por @ferfierroo

“Okja” tuvo su estreno en Cannes y desde ahí estuve pendiente de su estreno en Netflix.

Ver un estreno en mi propia tele en la comodidad de mi casa encuentro que es un gusto, aunque no niego que también después de verla pensé en lo bien que se vería en pantalla grande, pero bueno todo tiene sus pros y contras.

No voy a entrar en detalles de la película para no incurrir en el crimen de los spoilers, pero sí les contaré todo lo que me pasó viéndola.

Los primeros minutos ya estaba sumida en la ternura absoluta viendo cómo interactuaban Mija (Seo-Hyun Ahn) con Okja, que más que ver a una niña jugar con su mascota, era ver dos compañeras de vida. Primer lagrimón listo.

Desde ahí en adelante se vienen minutos de furia al ver la injusticia, la separación y el maltrato animal. La película te conecta demasiado con el cariño entre ellas y por supuesto con lo que uno ha sentido por sus propias mascotas, que están ahí siempre contigo… pase lo que pase. Entonces de la furia se pasa directo a la pena, se siente la impotencia de Mija al no poder ayudar a su amiga de toda la vida. Aquí ya no era un lagrimón, no sé si les ha pasado con otras películas o series en que no pueden dejar de llorar? Bueno aquí me pasó.

Hago un paréntesis para decir que los personajes “hollywoodenses” (Tilda Swinton, Lilly Collins, Jake Gyllenhaal, Paul Dano) son importantes y ayudan a la historia, pero el vínculo entre Mija y Okja, se roba toda la historia. Es LA historia en realidad.

Así como muestra lo lindo de ese vínculo, el director Joon-ho Bong no se detiene en mostrar el maltrato animal para decirnos “esta no es sólo una película linda”. Creo que el llanto con hipo en esas escenas me dejó deshidratada.
Volví a la calma al ver a una niña que no se rinde, que lucha por el cariño verdadero aunque en ese camino salga ella misma malherida.

Y debo decir que también me sentí mejor cuando al terminar la película abracé a mi perrita, porque estaba ahí durmiendo a pata suelta en el rincón de la cama, sana y salva. Son muchas las lecciones que nos deja Ojka, definitivamente no dejen de verla.

8 Comments

  1. a mi no me conmovió tanto y eso que lloro hasta ahogarme con marley y yo cada vez que la veo..la encontré demasiado irreal yo creo, como que no me transportaba a alguna situacion de mi vida; el perro es algo tan cercano que es imposible no ponerse en su lugar. Había leido tantas cosas lindas de esta pelicula que me tincaba mucho verla pero hasta me quede dormida en algun momento

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