por Joce Acuña
Por muchos años, nunca me interesaron estas películas, porque recuerdo que cuando era muy chica me hicieron ver una y me aburrió (consideremos que tenía 7 años, era tarde… todo en contra). Nunca me llamó la atención, hasta que vi que alguien en mi casa se hizo adicto: mi hermano. Veía una y otra vez TODOS los Episodios; tenía muchas espadas de jedi, posters, hasta un casco de Stormtrooper, y aún así, no me interesaba.
Debo admitir que por amor a la familia, un día decidí sentarme a ver Star Wars, comenzando por el Episodio IV, y entendí todo: cómo nunca entendí que estas películas eran prácticamente una teleserie venezolana en el espacio. Mucha gente odia cuando digo esa teoría, ¡pero es cierto!
Un tipo busca entender su pasado; se encuentra con una mina que le gusta; a ella le gusta el loco que se cree bacán y rudo; la loca le da un beso al tipo que está detrás suyo para darle celos al que en verdad le gusta… Y después se da cuenta de que es ¡su hermano!
Eso es suficiente para demostrar lo que digo, ¿no? El punto es que es demasiado entretenida y que al menos según yo, el orden de los factores sí afecta un poco el resultado, así que mi recomendación es partir con el Episodio IV, V, VI y seguir con el I, II, III. No menor, otra observación de niña: Team Solo o Team Skywalker… Ojo ahí porque Harrison Ford… Amén.
Lo bonito de todo esto, es que ahora podrás ver toda la saga en Netflix desde el 2 de octubre, y lo mejor es que incluye tres documentales que van detrás de cámara y revisan también el impacto sociocultural de estas películas. Así que desde el domingo, que la fuerza los acompañe.