No todas podemos ser Elizabeth Bennet

elizabethbennet
por Marian*

No sé si a las demás lectoras de Zancada les pasará, pero la cosa es que yo, como buena devoradora de libros, a veces siento que vivo más en mi cabeza que otra cosa y me la paso inventando teorías para lo que pasa en mi vida, sin que a la larga terminen influyendo en algo, porque al final una hace lo que siente que tiene que hacer aunque sepa que no lo tiene que hacer.

En fin, no sé si a ustedes les pasó, pero por mucho tiempo yo me creí (o me quise creer) Elizabeth Bennet de Orgullo y prejuicio. Chora, decidida, enamorando Darcys. Pero no, resultó que yo era Marianne Dashwood de Sensatez y sentimientos. Y en mala. Repitiendo el patrón un montón de veces. Encontrando puros Whilloughby, viviendo el momento apasionadamente, entregando el corazón, más allá de lo que la cordura o el recato sugieren y sacándose la cresta cada vez, porque en realidad nunca hubo compromiso de su parte. Rechazando a los coroneles Brandon que aparecían.

Igual Marianne tenía 17. Y le pasó una vez. Cuando una es una Dashwood de 33, es un poco más patética la cosa. Como una sabe que no se muere (o tal vez porque es una optimista atroz), como que se le olvida el dolor y vamos de nuevo, kamikazemente, intensamente, porque no sabes vivir de otra manera (y en realidad no quieres). Y de repente te das cuenta de que llevas años así, y que tanto porrazo igual a la larga afecta.

¿Podrá una ir contra su naturaleza y hacer lo correcto, como Marianne? Hace poco decidí (sí, en cursiva) darle una oportunidad al coronel Brandon, y la cosa ha ido bien. Es difícil bajar las revoluciones y pensar en lento, mantener las expectativas bajas y no ponerse ansiosa porque el otro no es tan intenso como tú. Pero parece que funciona. Por mi bien espero que sí, me da miedo que en el fondo sentir tanto signifique, a la larga, no sentir nada.

mariannedashwood

*Si quieres escribir en Zancada, tienes que mandar tu texto con título y nombre con el que quieres firmar a [email protected] en un mail titulado TEXTO. Como siempre, si va con nuestra línea editorial felices lo publicaremos.

8 Comments

  1. Ohhhh! me sentí completamente identificada. Después de tanto niñito y bazookazos al corazón estoy evaluando a un Coronel Brandon (14 años mayor). Es excesivamente leeeeento y reservado, incluso fome…pero pareciera que su fomedad es lo que me parece “tierno y sexy” a estas alturas. Lo que aún no logro saber es si llegué a esto porque de verdad siento que me traerá mayor estabilidad o porque terminé perdiendo objetividad…jajaja

    • el amor de mi vida se fue con una “niña” 18 años menor..no saben como sufrí cuando me enteré, por primera vez sentí vieja y fea ya que me estaban cambiado por una niñita bonita y joven; yo pensaba “que le habrá visto ella que esta recien terminando la universidad a un hombre de 40” y me imagino que eso, tranquilidad y seguridad….lamentablemente para las de 30 y tanto todos los cercanos a nuestra edad se estan yendo con menores y que rabia porque no quiero un hombre de la edad de mi papá!!!

  2. Yo tb queria ser una Elizabeth Bennet, pero creo que soy mas una Jane Eyre a veces me llama mas el deber que lo que realmente quiero hacer

  3. Yo siempre me he sentido atraida a la estabilidad que los coroneles Brandon me podrían otorgar. Me enamora la sensatez, pero jamás podría estar con alguien fome. Debe ser cuerdo y pausado pero nunca un fomeque. Jaja.

    No sé que personaje encaja ahi. Tal vez la hermana de Marianne. Me quedo con el estable y correcto Hught Grant.

    Mi marido es pausado, super aterrizado, pero muuuy divertido. Asi que todo bien.

  4. Todas somos Marianne a los 17, luego algunas dejamos de serlo, otras permanecemos igual, tropezando a cada rato con el hombre de la vida que finalmente nunca está a la altura, perdiendo la vida cada vez, pero renaciendo de nuevo cuando otro amor aparece. Otras en cambio, dejamos atrás a esa chiquilla loca y entendemos que amor tiene más de voluntad que de pasión. Nada es mejor o peor, solo es. No podemos luchar contra nuestra naturaleza!

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