Música con parlantes en la playa y otros lugares públicos: ¡¿por qué?!

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por Jo M.

Si hay algo que me hace sentir como la anciana que no soy -aún- es tener que escuchar música en lugares públicos. Y si hay un lugar público en el que esto me molesta más, es en la playa. Realmente no me cabe en la cabeza que un lugar que debiera ser de paz y tranquilidad tenga que ser perturbado por algún punchi-punchi proveniente de parlantes que sólo pertenecen a algunos.

Los audífonos son algo barato y accesible a cualquiera que tenga un aparato desde el cual salga música, por lo que no entiendo por qué en vez de usarlos, hay quienes siguen optando por usar parlantes y obligar al resto a escuchar una música fuerte e indeseada en la micro, en el parque, en el bus, en la calle, y hasta mirando el mar.

Con esto no me refiero solamente a las personas que invaden el espacio público con su música personal, sino también a esos locales o concesionarios que parecieran odiar el silencio y deciden poner parlantes a todo chancho con sonidos que más tienden a ponerte los nervios de punta que a relajarte (esto incluye música y, peor aún, animadores).

Creo que en las ciudades vivimos con suficiente contaminación acústica y estrés como para más encima agregar la tortura de una música fuerte que no quieres escuchar. ¿En qué pensarán quienes ponen parlantes en una playa? ¿Por qué lo creen necesario? ¿Podremos callarlos algún día o no queda otra que escapar o ponerse audífonos? ¿Les gusta a ustedes la música fuerte en lugares públicos?

Foto: película Say Anything (ahí los parlantes son románticos)

18 Comments

  1. La verdad si vas a reñaca o cartagena por ejemplo, que importa si alguien pone o no reggeton o Mozart a 160 Db, ya hay suficiente contaminacion acustica, visual, etc, lleno todo. Ahora si vas a una playa solitaria, estas tranquilo, conectandote con la naturaleza, relajandote, con kilometros para ti solo, obvio que es ultradesagradable que alguien venga y rompa esa paz tan dificil de encontrar. A mi la musica me gusta y me gustan los espacios publicos con musica, con alegria, con gente que no parece zombie todos encimismados viviendo todos autistas con sus audifonos pero unos pegados a otros, una masa de gente desconectada a otros pero apiñados, eso es alienante, pero volviendo a lo inicial, si tienes el privilegio de encontrar un lugar tranquilo nada peor que alguien lo perturbe con musica sea cual sea el estilo fuerte.

  2. Personalmente, me CARGA la música fuerte (a menos que sea en una fiesta). No sólo en la calle, en los espacios privados también, tuve varias discusiones con mi ex por escuchar música fuerte o peor aún, la tele a todo chancho.

  3. Yo tampoco soporto la música fuerte o invasiva y me molesta cuando la gente no respeta el espacio del otro poniendo sus cosas. Sumaría a estos lugares que mencionó Jo M. a la gente que pone música en la oficina! si bien mis compañeras de espacio/lugar se ponen audífonos y son respetuosas, en las oficinas cercanas se puede escuchar música bien latera durante la jornada laboral jaja.
    Nada que hacer, sólo usar audífonos para paliarlo!

  4. Mientras más ruido y más música a todo volumen mejor; la idea es que no podamos pensar en nada más…

    Igual concuerdo con la persona del comentario de arriba cuando dice que hay playas y playas. No creo que nadie pretenda buscar paz y tranquilidad en una playa como la de Reñaca o similares. Pero si tengo que decir si me gusta la música en lugares públicos, personalmente, más que la música en la playa me cabrea mucho más la música fuerte en locales donde uno va a tomarse una cerveza y a “conversar” con los amigos. Al final en realidad uno termina diciendo todo a grito pelao, lo que es bien cargante.

    • Me pasa igual, detesto ir a un pub a “conversar” pero solo poder hacerlo con suerte con los que tengo a mi lado y gritando, sere viejo pero prefiero un lugar donde si exista musica y si el ambiente este vivo pero permita escucharse y compartir, yo no iria jamas a un pub a tomarme algo solo y disfrutar la musica, no es mi estilo, si voy a algun lugar asi solo es para compartir con otra persona, amigo o mi pareja y quiero escucharlo

        • ñaca ñaca que soy tan malota que me rio de otra persona que no tiene amigos ñaca ñaca, que tierna que eres, me recuerdas los malos de las series disney dirigidos a publico de 5 a 7 años. ya weonita siga haciendose la mala, y retorciendose de lo malefica que eres

  5. “Ki pa’ shoro con la mushika dil pueulo, la bulenta logi ql, yio’ cusho la wea ki kiero shushutumare!!”
    Así me contestaron la útlima vez que le pedí a uno de estos simios que se pusiera audífonos o que bajara el volúmen.

    • No son sólo los flaites…. son simplemente personas que no entienden ni entenderán que otras personas también vivimos y estamos en esos espacios…. es falta de educación, de sutileza… de “no me importa” total….a ellos les gusta… es lo mismo con el cigarrito… aunque no fumes, si hay gente cerca fumando igual te llega. RESPETO es el cuento. A todo nivel. He conocido “educaditos” que les importa una r*** el otro. No es sólo de “flaites”. Es sentido común no más.

  6. Quiero agradecer a mi familia gritona porque desde muy chica desarrollé el super poder de abstraerme del mundo completo… asi es que si estoy en un lugar con mucho ruido me concentro en lo mio, que puede ser hasta solo vegetar y dejo de escuchar… al final puteando y enojandote no es mucho lo que puedes conseguir, los flaytes son terribleshorizos y no les diría ná porque capaz que me rajen el paño, jajajaja…

  7. El otro día me pasó en la piscina de mi edificio! lo peor es que la música era realmente espantosa! Me tena desesperada! una pareja de extranjeros con la radio a pilas a todo chancho, en un lugar donde hay más gente descansando, insólito! por último que sea música relajada y piola, pero era como un reggaetón del terror!! Lo encuentro un acto egoísta y desubicado!!

  8. Quizás esto sea super politicamente incorrecto, una opinión no muy popular… pero si hay algo que me apesta, son los músicos que se suben a las micros. Con muy pocas excepciones, son una molestia y una invasión. El otro día se subió uno con un parlante gigante que más encima se escuchaba saturado a cantar música romántica. El odio se apoderó de mi ser. No sé, yo entiendo que amen la música y ese sea su medio de subsistencia, pero para mí el viaje en micro es un momento de descanso, introspección… además de mi momento personal para escuchar lo que yo quiero. A eso súmale el calor, el atochamiento… creo que es agregar un ingrediente más a una mala calidad de vida. Lo siento, pero por favor, no me venga a gritar a la oreja.

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