Por la Tremenda Valentina Ortega (24) Iquique, Chile
Las raíces indígenas de Chile, que florecen en la Araucanía, también crecen en lo más árido de nuestro país. Entre la pampa, la costa nortina y mineras extranjeras, donde principalmente son la mujeres aymaras y quechuas las que luchan contra la contaminación de sus territorios.
Mujeres aymaras valientes como la periodista Leyla Noriega Zegarra, actualmente conductora de la Radio AYNI. Su nombre significa “trabajar con reciprocidad en la cultura andina”, donde promueve la educación y la defensa de los pueblos indígenas desde la región de Arica y Parinacota. A Leyla se le apretó el pecho cuando vio las maquinarias y excavaciones de la empresa minera Río Tinto, que llegaron sin preguntar a su hogar en la comunidad de Belén en 2018. Desde ese día no ha parado de educar a su región en materia indígena.
¿Y cómo no destacar a Catalina Cortés? La única mujer y aymara del Concejo Municipal 2020 en la hermosa comuna de Pica. Catalina lucha desde los 17 años por la protección de los territorios indígenas afectados por las empresas mineras: Doña Inés de Collahuasi y Quebrada Blanca en la primera región. Hoy, después de 20 años, es Ingeniera en Prevención de Riesgos con un magíster en Medioambiente y también compitió por un cupo constituyente indígena.
Mujeres aymaras y su cosmovisión andina
Es incorrecto pensar que el pueblo aymara es minoría, ya que en Arica y Parinacota, por ejemplo, corresponden a 26,29% de la población regional (59.432 personas), mientras que en la Región de Tarapacá a 14,81% (48.964 personas), esto revela el último Censo de 2017. Las únicas regiones donde la identidad aymara supera a la del pueblo mapuche.
Además de las tremendas defensoras nombradas, hay tantos aspectos de la cosmovisión andina que son de admirar, por ejemplo, la dualidad entre mujeres y hombres. Algo que hoy y desde el occidente podríamos denominar como “feminismo”, pero que ellos y ellas han practicado desde hace muchos años. Esta dualidad e igualdad llamada chacha-warmi que es más que realizar tareas en condiciones similares, también es entender que se necesitan ambos géneros para construir y lograr una armonía.
En fin, está más que claro que estamos al debe con nuestros pueblos originarios, y las mujeres aymaras, y es importante compartir esa lucha que poco vemos en los medios de comunicación. También difundir su cultura, ya que, a diferencia de otros países del mundo, aún tenemos la suerte de que sigan existiendo.