por Dr. Cristián Arriagada I.
Hoy existe una gran oferta de procedimientos de estética para la cara y el cuerpo, pero desgraciadamente no todos gozan de todos los beneficios que describen. En cirugía plástica, dentro de las herramientas con que contamos para el rejuvenecimiento facial, el botox y los rellenos faciales son los más solicitados y los con mayor evidencia descrita. Acá les dejo algunos de los mitos y realidades más frecuentes con los que nos encontramos en la consulta médica:
1. El botox y los rellenos son lo mismo. Esto es una confusión habitual y es importante entender la diferencia para no equivocarse a la hora de buscar un tratamiento. La toxina botulínica, más conocida como botox o meditoxin, es una neurotoxina que bloquea la contracción muscular. En estética, nos permite eliminar o atenuar líneas de expresión dinámicas (que se generan con el movimiento) y habitualmente está indicado en el tercio superior de la cara (frente y patas de gallo). Los rellenos, por su parte, son un conjunto amplio de productos que, en forma permanente o transitoria, permiten modelar el contorno facial (labios, mejillas, mentón) y corregir arrugas o cicatrices. Los más conocidos son los derivados del ácido hialurónico y pueden ser usados en diferentes áreas anatómicas de la cara de acuerdo a la necesidad de cada paciente.
2. El botox funciona de inmediato. La efectividad de este medicamento es progresiva y alcanza su máximo alrededor de los 7 a 10 días, por lo que es normal que en los primeros días no se note el efecto. La duración es variable y generalmente va entre los 4 y 6 meses, perdiendo su efecto también en forma gradual, por lo que la recomendación es repetir el tratamiento 2 a 3 veces al año de acuerdo a cada caso.
3. El botox me puede deformar la cara. Muchas de las preguntas en la consulta vienen de la experiencia ajena, de lo que alguien escuchó o vio, sin embargo, dado el mecanismo de acción de la toxina botulínica, esta no altera la forma de la cara ni cambia el volumen de ésta. No está indicado para el tratamiento volumétrico de labios ni nariz. Lo que sí puede pasar es que si no se hace una correcta evaluación y se anticipan problemas, se pueden generar asimetrías especialmente de frente y cejas, elevación o caída de una o ambas cejas dando una cara de impresión o de cansancio respectivamente. El entrenamiento y los conocimientos de anatomía facial de la persona que aplique el medicamento hace una gran diferencia.
4. El botox no tiene complicaciones. Lo que han hecho los centros de estética y otros, al minimizar los potenciales problemas de la toxina, es un riesgo para las personas. La sugerencia es informarse bien del entrenamiento de la persona que te va a aplicar el medicamento e idealmente exigir que sea un médico con conocimientos de anatomía facial. Los riesgos del botox van desde cosas menores como los moretones o sangrado de los sitios de punción, a la asimetría facial o el descenso de una o ambas cejas con las consecuencias estéticas y funcionales que eso conlleva.
5. El botox es para gente de mayor edad. Una vez comprendido el mecanismo de acción de este medicamento, es evidente que la mayor utilidad la tiene en aquellas personas en las que aún no se han establecido las arrugas sino más bien se producen con el movimiento. En casos de pacientes de mayor edad, vamos a lograr atenuar las líneas de expresión, pero probablemente no las podamos eliminar en forma completa solo con botox.
Como ven, con un poco de conocimiento y con la precaución de elegir un centro y cirujano plástico entrenado en la aplicación del botox, encontrarán en este medicamento una buena alternativa para aliviar los signos del envejecimiento facial.