por @patyleiva
Tengo –sin prejuicios–, debilidad por todas las películas del mar, por las películas con animales y por las películas con animales del mar. Por eso no dudé un segundo en ir al cine a ver “Miedo profundo” después de ver el tráiler.
La protagonista de Miedo Profundo (The Shallows) es Blake Lively, en 87 minutos de tensión ubicada en una paradisíaca playa mexicana.
Podría situarla justo entremedio de Jaws (como la promo se esfuerza en repetir: “este esel nuevo Tiburón”, pero no amigos, no exageren, Tiburón es una obra maestra) y Sharknado, la basura más grande (tan atroz que da risa) jamás hecha sobre tiburones asesinos, casi tan ordinaria como Piraña 3D (pero por supuesto que, aunque tiene escenas de dudosa credibilidad, Miedo Profundo es mucho más elegante que eso).
Incluso me recordó a “Todo está perdido” de Robert Redford, una película de Neflix donde el hombre solo en su bote se las tiene que batir con el mar impetuoso.
También es imposible no pensar en “El Náufrago” (hola Willson?). En esa película nunca sabemos más sobre la vida del protagonista, en cambio en la de Blake, sí hay un contexto sentimental(oide) que nos ayuda a entender el espíritu y la capacidad de supervivencia.
Y bueno ella está espléndida como siempre. A ratos la película parece un comercial de Rip Curl (por Dios la marca aperrada!), y en otros, un brochure turístico. Todo es lindo. Incluído el tiburón, por supuesto.
Obvio que la película ha recibido críticas por su falta de realismo; por otro lado le han concedido algunos puntos como que sí es posible que un tiburón surfee olas (los delfines también lo hacen).
Como siempre (y es algo con lo que estoy de acuerdo) también se le critica por fomentar la mala onda con los animales depredadores, y la idea de que son asesinos despiadados que quieren aniquilar al ser humano. Ellos sólo viven en su medio ambiente y siguen las reglas de la naturaleza, y es un hecho que el hombre es el mayor depredador consciente, no al contrario.
En Rotten Tomatoes la han calificado de cursi, de “casi buena”, escapista, olvidable pero buen thriller, emocionante, clase B, entretenida, bonita, etc.
Por supuesto que no será la película de tu vida, pero yo disfruté por:
– El mar. Se toman su tiempo para mostrar las olas surfeables y las tomas aéreas son un sueño.
– El miedo. Me encanta saltar en el cine, vivir ese miedito en el que uno sabe que el tiburón va a aparecer.
– Los animales. No sólo aparece el tiburón, hay un par de ejemplares marinos más y son hermosos.
– La duración. Es cortita, toman lo justo y lo necesario para contarte una historia casi en tiempo real.
– Ella. Ver a una mujer sola arreglándoselas frente a uno de los mayores miedos del mar siempre será un aporte al cambio de paradigma de superioridad de género. Necesitamos que cada vez existan más mujeres poderosas, en las películas buenas, malas, taquilleras o no. Les guste o no, Nancy (Blake), es una campeona.
Y POR LA COMPAÑÍA JELOU