
El maridaje entre comida y vino es mucho más que una tradición: es una forma de resaltar sabores, crear contrastes interesantes y transformar una buena comida en una experiencia inolvidable. Encontrar la combinación perfecta entre lo que hay en el plato y lo que hay en la copa puede marcar una gran diferencia, potenciando los ingredientes y elevando la experiencia gastronómica a otro nivel.
Vivimos una experiencia espectacular en Kitchen Club que nos enseñó a preparar platos exquisitos junto a lo mejor de Castillo de Molina, que desde hace un tiempo está presente en este exclusivo espacio gastronómico a través de una alianza que integra sus vinos en los cursos y eventos que realizan. Su presencia se nota en cada detalle: barricas, una cava y copas personalizadas que crean una atmósfera ideal para disfrutar del vino mientras se cocina y se aprende.
En el curso “Pastas Frescas y Salsas con Castillo de Molina” aprendimos a preparar:
- Lasaña de ternera y ricotta
- Pasta fresca al huevo
- Tortellini rellenos de setas y ricotta en salsa de trufas
- Fetuccini negros con Frutti di Mare y pomodoro
- Ñoquis de papa al pesto y escamas de parmesano

Todo maridado con distintas cepas Castillo de Molina. La colaboración también incluye activaciones conjuntas como concursos frecuentes en redes sociales (síguelos en @castillo_molina y @kitchenclub), además de beneficios como cursos exclusivos, uso de salones y gift cards, que enriquecen la experiencia de quienes participan en estos eventos.
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