Lollapalooza Chile 2017: sábado 1 de abril

#LollaZancada, fotos: ZeroZen, video: gentileza de Lotus

Ayer fue la primera jornada de esta séptima edición de Lollapalooza Chile, y acá recogimos las impresiones de nuestro equipo que estuvo cubriéndola de principio a fin.

Primero los apuntes sobre el ambiente:

– Has sido la jornada más helada de todas ediciones de Lollapalooza en Chile, pero el clima fue más bien agradable durante todo el día.

– Estaba repleto, al ojo pareciera ser el año más lleno de todos. No sabemos si eso se debe a Metallica, el plato fuerte del día o si la música electrónica sigue atrayendo a su público masivamente. La cosa es que había más filas para todo, pero avanzaban rápido gracias al nuevo sistema “cashless”, en el que puedes cargar plata en tu pulsera sin necesidad de andar con efectivo y comprar los apestosos tokens del pasado. Cada compra era ultra rápida cuando el lector leía la pulsera y listo. Todo fue más fluido.

– El short con bototos sigue siendo la tendencia en outfit, se le sumó la bomber salvadora del viento en el parque y el pañuelo amarrado como cintillo.

– Hay muchas opciones de comida, desde el típico ave mayo –para no andar dando vueltas perderse a los artistas– hasta unos carritos con café, ideales para la tarde fresca y donas de nutella.

– La señal de teléfono simplemente no es suficiente, demasiada gente y muy difícil comunicarse. El punto de encuentro siempre será la mejor opción si uno va con alguien.

– Los púberes que corrían en masa hacia el Movistar Arena arrasando con puertas y guardias. Si quieren ver algo adentro más vale entrar con tiempo o quedarse ahí de planta. Las salidas y entradas del recinto estuvieron muy complicadas

– Vimos muchas guaguas este Lollapalooza, incluso con sus audífonos, adorables.

Y sobre la música:

– Mucha gente está llegando a ver temprano los shows, como se pudo ver en Prehistóricos y Villa Cariño, que simultáneamente tenían bastante público para ser el mediodía. Después, muy emocionante ver el Lotus Stage (la Cúpula) repleto para ver a (me llamo) Sebastián con su voz extraordinaria, bailarinas maravillosas y luces animadas.

– La Pozze Latina buen show y con la onda bailable que esperábamos para empezar Lolla este año. Infaltable el gran hit “Chica eléctrica” que prendió a los que teníamos 16 en esa época y a los muchos de 16 de ahora. Eso sí, lo que se robó la película fue el beat box, que recorrió hits de todos los tiempos y a grandes como Michael Jackson y Prince que me hicieron mini emocionarme. 

– Glass Animals fueron, para mi sorpresa, mis favoritos del primer día. Recién los conocí en la mañana cuando un amigo me habló de ellos, y los fui escuchando en los audífonos mientras iba en el metro camino al Parque O’Higgins. Los encontré piola, pero en vivo es de esas bandas que -como Phoenix- son otra cosa: logran trasmitir una energía enorme y transformar ese momento inesperado en algo único, que no podré repetir escuchando sus discos, pero que recordaré cuando necesite animarme.

– Bomba Estéreo rompió mi corazón en mil pedazos. Además de ser un show sin nada de la energía que me dan cada mañana camino a la pega en el metro, se escuchaba pésimo. No sé si era el sonido, si ellos o qué, pero la primera parte apenas escuchaba la voz de Liliana. Después mejoró, pero no como para dejar de sentir pena por toda la fe que le tenía a este show.

– Liliana de Bomba Estéreo es una diosa, y fue particularmente emotivo el momento en el que niños migrantes se subieron a bailar al escenario.

– Silversun Pickups adorables (sobre todo Nikki) pero me aburrieron un poco (no soy fan) por lo que volví al show de Lucybell que me hizo retroceder en el tiempo a los días de Mataz y Cuando respiro en tu boca. Por amor, su nueva canción, debo decir felizmente que me generó algo parecido a lo que me pasaba con su música en esa época.

– The XX: admito que los conocía cero. Perdónenme los fans pero no sabía nada de ellos ni sus canciones. Y los amé. Lejos el mejor show del día, sus voces perfectas, su estilo y la puesta en escena hicieron pasar volando la hora, lo que es difícil en Lolla cuando no conoces a un grupo y ahí me quedé el show entero, enamorada de sus voces y sus acentos.

– Diplo: nunca me siento más vieja que cuando entro a los shows del Movistar Arena durante Lollapalooza. Todo lo que hacen los jóvenes me es lejano y me sorprende, pero debo admitir que también me da algo de envidia y quisiera entrar en ese trance y éxtasis al oír cualquier sampleo (realmente TODO los emociona impactantemente) y entender esos códigos de cancha donde en vez de mosh no se tocan y hacen unos círculos para bailar. Realmente le creo a Diplo cuando dice que cada vez que viene el público chileno está más desquiciado.

– Metallica se presentó con un show épico, impecable, a lo grande, dedicado cien por ciento a los fans, a la “familia Metallica”. James Hetfield en el escenario sufre una transformación que lo endiosa y engrandece, Ulrich, Trujillo y Hamett hacen lo propio entregando sus solos a lo old school, clásico, de calidad superior. Fue emocionante escuchar canciones como Maste Of Puppets o Seek and Destroy, coreadas por fans incondicionales.
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Entendí en parte a los fans furiosos que estaban afuera sin poder entrar, por no poder comprar su entrada y que se fueron en mala con los que iban saliendo antes. Entiendo ese sentimiento de rabia de que otros que no son fans de tu banda de la vida tengan acceso a ella y no lo valoren, en serio que sí, pero la violencia es lo peor, hubo un momento en que tiraron botellas intentando entrar a la mala con el guanaco dando vueltas, y entre las vallas, los carabineros y ellos, no había dónde meterse.

Lollapalooza sigue siendo de esos días esperados del año en los que uno quisiera que la vida fuera así siempre, con música en vivo de fondo.

Recuerden que VTR está con transmisiones exclusivas por las señales 101,102,701 HD y 702 HD para verlo por televisión.

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