Locaciones, en busca de Rusty James: Los chicos sí lloran

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por Paty Leiva

Debo haber visto Rumble Fish (La Ley de la Calle) a los 15 años por primera vez. Apenas vi esos cielos llenos de nubes en blanco y negro que se movían, supe que se venía algo grande. La extraña banda sonora a cargo de Stewart Copeland contribuyó a esa expectación de grandeza. El 2013 vi Locaciones: En busca de Rusty James, el documental de Alberto Fuguet dedicado a la cinta de Coppola, y la experiencia se agigantó.

La incursión del director en este formato me hizo pensar en aquella entrevista telefónica de Michael Azerrad a Kurt Cobain que dio lugar al solitario documental About A Son, ilustrado con imágenes de Aberdeen, tal como Fuguet nos instala en Tulsa. La gran diferencia –que se agradece– es que en Locaciones: En busca de Rusty James sí podemos presenciar escenas de la película homenajeada y escuchar parte de su soundtrack, no así en el caso de About A Son, donde la ausencia de música de Nirvana y del rostro de Kurt Cobain provocan una claustrofobia y una abstinencia que irrita y distancia, dejando sólo la tristeza. En Locaciones: En busca de Rusty James el lazo y la complicidad son inevitables, tanto para el que vio Rumble Fish como para el que no sabía que existía.

Al salir de la función de Sanfic en la que vimos el homenaje a Rumble Fish que es Locaciones, iniciamos esta conversación con Fuguet. Una de las cosas que comentamos fue que no había testimonios femeninos dentro de las entrevistas del documental, pero, tal como imaginaba, no habían encontrado ninguno. No creo que no existan las mujeres que hayan alucinado con la película, pero concluímos que la cinta es sumamente “masculina”. De eso y más le preguntamos al director sobre Locaciones: Buscando a Rusty James.

El pudor

Si hablamos de cine y literatura, ¿cómo diferencias el posible pudor de mostrar algo personal en este documental comparándolo con lo que expusiste en tu libro Missing? ¿Cuál de las dos vías es más segura, cuál es más vulnerable?
Todo lo que uno hace artísticamente debería tender a lo personal. Si no ¿para qué? Es demasiado esfuerzo para hacer algo con que uno no conecte o no te interese. En este caso particular, el pudor estuvo más a flor de piel. No sólo por lo que digo –mis recuerdos, mis deseos, mi viaje, mi credo– sino porque es mi voz. Es algo físico. En un libro estás y a la vez, no estás. Te protegen las palabras. Es menos vulnerable, creo. No es que sea menos personal, pero hay algo más de protección. Por algo la gente prefiere terminar o decir algo complicado por escrito –por mail, digamos– que por teléfono o que en vivo. Lo importante es no tomar la vía segura, olvidarse del pudor (al final aparece en cosas como festivales cuando uno está presente, pero después la cinta funciona sola, sin uno ahí mirando) y tratar de ser lo más vulnerable posible. De ese modo, hay más chance que ocurra lo contrario: que el espectador o lector conecte, sienta pudor, se sienta tanto expuesto como acogido y sienta que lo que está viendo o leyendo también es acerca de él o de ella.”

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La música

Tus soundtracks son históricamente importantes: canciones como Just a Man, Raindrops Keep Falling On My Head y ahora Codex (Radiohead). ¿Cuán presente están durante el desarrollo de la película? ¿En qué momento te iluminas para decidir cuál será LA canción?

Es raro pero no puedo escribir con música. Me distraigo. Menos filmar: no puedes filmar con música. Lo cierto es que los personajes dan pie para la música. Y claro, me tiene que gustar a mí. No me veo haciendo un personaje que necesite de rap o reggaetón o salsa. No es mi mundo. Más que iluminarme, no sé, está obviamente claro, tal como está claro la ropa que usan. Yo no uso la música para rellenar sino para avanzar y profundizar la historia. Y ese es el caso, creo, de Codex y Locaciones. Al final la película es un extraño clip-viaje acerca de andar en auto de noche por Tulsa y sentí que ese tema es el que debía sonar. Ralentaba todo y le daba una cierta melancolía y acaso, tristeza.

La masculinidad

En Locaciones escuchamos testimonios de distintas personas que vieron Rumble Fish y recuerdan su momento y circunstancias. Todos son del cono sur y todos son hombres. Eso no puede ser casualidad. ¿Será una película masculina por el hecho de que se trate de dos hermanos hombres? La presencia femenina en la película misma –encarnada básicamente en Diane Lane– es mínima. ¿Será que la sensibilidad expuesta en estos chicos rudos “da permiso” a los hombres que la ven, de sentir? ¿de llorar? ¿Qué la distingue de otras películas denominadas como masculinas (las de acción, autos, política, thrillers)?

Creo en eso que dices del permiso: es una cinta tramposa, incluso. Te dice: ven a ver un filme de acción, de pandilleros, de cuchillos, de motos, y sin permiso te hace conectarte con tu sensibilidad, con un deseo de intimidad y complicidad que la mayoría de los hombres desean y temen y claro, al tocar temas como la hermandad, la amistad, el sentido de pertenencia, la rivalidad, la orfandad, el rollo de si uno es bueno para algo… y eso es la gran gracia del filme de Coppola: que el cuchillo que te atraviesa al final es el de la emoción y claro, a mí me encantan las cintas que logran eso. Creo que las llamadas cintas masculinas son más acerca del poder, de la competencia, del miedo, de la adrenalina; todo estos son componentes masculinos (y acaso femeninos) pero hay pocas cintas de hombres que sean “sensibles” y que tengan que ver necesariamente con la formula chico conoce chica. Acá uno llora no porque Diane Lane deja a Rusty: uno llora por él, por lo que le pasa a su hermano. Uno llora al final por uno y llora sin querer. Ojalá Locaciones produzca, de paso, algo parecido: que te emocione, que te haga pensar en tus afectos, en tus películas y discos y libros importantes, que te haga conectar con algo que a los hombres les aterra: mostrarse y, estirando la cuerda, expresarse de manera artística. Mostrarse para un hombre es complicado: puede ser mofado, puede perder, puede quedar como débil. La Ley de la Calle, en ese sentido, es bien valiente.

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El fanatismo

Qué te entusiasma más: ¿que los que vieron Rumble Fish se identifiquen viendo Locaciones? ¿o que los que no vieron Rumble Fish la vean debido a lo que vieron en Locaciones?

Lo segundo, claro. Que ojalá alguien vea RF entusiasmado o seducido por Locaciones. También me gustaría que alguien que la vio hace tiempo desea reverla. Aunque me pasó algo raro en el Sanfic: algunos espectadores “hicieron la tarea” y vieron RF antes de ir a verla. En todo caso, creo que este ensayo es y no es acerca de RF. Es decir, se puede ver sin verla o conocer la película. Creo que a la larga es acerca de Tulsa, de ser fan, del rol de las películas y el arte en la vida de uno, del deseo de andar en auto de noche por las calles de un sitio donde se filmó algo importante para ti.

La hermosa imagen del afiche de Locaciones fue hecha en la marquesina del cine-arte de Tulsa, el Circle Cinema de los años 40. “Unos fans de la película (más que fans-fans, es un grupo que apoya el patrimonio de Tulsa y consideran que Rumble Fish es parte de la historia de la ciudad) se hicieron cargo de filmar el título de la película en esa marquesina. La toma del tipo armando el letrero fue un gran regalo que inspiró la gráfica”.

Hace sólo un par de semanas, Francis Ford Coppola presentó Locaciones: En busca de Rusty James seguida de una proyección de Rumble Fish en en el festival de cine de Telluride en Colorado.

Locaciones: En busca de Rusty James se podrá volver a ver en cine en Chile antes de finalizar el 2013 y estará disponible en algún momento (no muy lejano) en Cinepata.com.

(Este tema –y mucho más– está en la Edición Hombres Zancada nº1, presentada por H&M, y que puedes ver completo aquí o en este otro link).

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