Yo tengo 22 años, y escribo desde Santiago, Chile. Hace pocas horas terminaron mis vacaciones y estoy en mi casa -o mejor dicho la casa de mis papás-, y antes de ayer con ellos tomamos un tour y ahí conocí a mi amiga de ruta.
La Irene tiene alrededor de 70 años. Es Italiana pero vive en Bélgica, dejó a su familia allá, lleva 2 meses recorriendo Sudamérica, y mientras escribo esta entrada ella está durmiendo en un hostal en San Pedro de Atacama.
Durante el recorrido conversamos un poco de la vida, y debo decir que solo su cuerpo tiene 70 años: su mente es más abierta e interesante que la de muchas personas de mi edad. Después de almuerzo, mientras tomábamos café conversamos en espanglishtaliano, hablamos sobre el mundo, sobre el valor que la sustentabilidad va adquiriendo en nuestras vidas, de ecología, de arte, de los pueblos originarios, sobre soñar y llevar a cabo esos sueños… y en ese cafecito que nos tomamos, pese a todas las décadas que ella me lleva de ventaja, pese a ser de diferentes continentes, hablar distintos idiomas, tener entornos radicalmente distintos, me di cuenta de que hay tanto que nos une, son tantos ideales que nos hacen hablar de igual a igual.
“De este continente me llevo tantas experiencias que contarle a mis nietos, hay tanto en mi corazón y en mi cabeza por entregar” me decía emocionada. Le regalé un accesorio reciclado que llevaba ese día y que a ella le pareció lo más “la raja”, así textual, nos dimos un abrazo de oso, y en ese momento pensé de que la amistad se trata de instantes, es el instante en el cual se rompen las barreras, encuentras un punto en común y comienza el aprendizaje, el feedback, se traspasa la buena vibra, y esos lapsus pueden prolongarse por toda la vida, o bien ser transitorios, pero esto no influye en la veracidad del lazo que se forma, lo importante de todo esto es simplemente vivirlo.
La Irene me dejó una gran lección: que hay que lanzarse al mundo así tal cual somos, a pelear por nuestros ideales. Y me recordó que tengo una gran tarea: llevar todo eso a cabo. Pero lo haré encantada. Justo mientras termino de escribir, con insomnio, me encuentro con una agradable sorpresa… un correo de la Irene, mi amiga de ruta, está recién aprendiendo español así que se le confunden algunas palabras. No tengo idea en qué idioma responderle el mail, me gustaría responderlo en italiano (si alguna lectora habla italiano deje su correo porfa) y también me gustaría que en cada ciudad hubiese una Irene recorriendo y viviendo su sueño.
Foto: Marlonious vía Flickr
*Si quieres escribir en Zancada, tienes que mandar tu texto con título y nombre con el que quieres firmar a [email protected] en un mail titulado COLABORACIÓN. Como siempre, si va con nuestra línea editorial felices lo publicaremos.
Qué linda historia =) Me dieron ganas de conocer a Irene!
Yo sé italiano y feliz te ayudo 🙂 [email protected]
Oh gracias Frant, te escribo de inmediato un mail ! 🙂
Que rica experiencia… no muchos saben valorar la experiencia de entregarse a la sabiduría de los ancianos… te felicito y envidio por tu experiencia!.. Ojalá que con la Irene sigan teniendo contacto =)
hermosa historia…
Qué rico encuentro Tama, parto el próximo miércoles de vacaciones, ojalá me encontrara con una Irene colombiana 🙂 Lindo texto 🙂
Casi senti que tambien le tengo que escribir a Irene!!
Hace tiempo que no leia un post tan weno en zancada!
la cago!!! Aguante tama! tiene todo el potencial como redactora pa revivir Zancada! 😀
Hace un mes viajé pa’ fuera por primera vez, fue mi primer viaje soñado, recorrido, medio mochileado pero cómodo, rico.
Tengo 28 y sentí que perdí tantos años sin atreverme por lucas o porque no tenía partner para hacerlo, ahora quiero puro juntar plata y vacaciones para ir a conocer nuevos lugares, por lo que siento que esta historia es super inspiradora, nunca es tarde chiquillas, es un buen ejercicio para el alma, la mente y el corazón, se los recomiendo. Yo terminé mi relación más importante de la vida hecha mierda y al mes partí, vi las cosas desde otra perspectiva, no les miento que sigo con pena y atados mentales pero saber que es posible ha sido super enriquecedor.
Besotes!
Que linda historia, es rico conocer gente de la nada, conectarse y aprender, sobre todo de gente mayor que pucha que le achuntan con sus consejos y comentarios. Hay que ser menos soberbio y sacarnos la idea de que una persona vieja no cacha nada, al contrario!! muchos han adquirido tanta experiencias en sus vidas y ya vienen de vuelta asi que hay que aprovechar la oportunidad y sacarles provecho
Saludos
que seca Irene, totalmente independiente y aventurera
Cuando era pequeña viajé con una mujer asi, hablamos todo el viaje y aprendí muchas cosas, una experiencia genial q a más de 15 años recuerdo y me hace pensar lo genial q es la vida
la raja
Que gran historia hay que ser como Irene esa es la meta
Lo mejor es hacer amistades viajando!! y sobre todo si es con gente q anda sola viajando, yo en Bolivia conoci a un abuelito aleman que tb viajaba solo, y al tiempo vino a Chile y nos reencontramos, aun nos seguimos comunicando y esperamos volver a reecontranos ya sea aca en.sudamerica o en europa.
pucha a mí muy seguido me tocan jotes sentados al lado que me invitan a salir :/ por último alguno fuera interesante! Irene seca
A mi también me dieron ganas de conocerla para que me inspire 🙂
me encantó demasiado todo lo que te paso, y que ganas de pescar mis cosas y salir a conocer montones de Irenes ♥ un dia hay que hacerlo, ojala lo mas pronto posible. super te adoro !
que ganas que hubieses contado más ! hacen falta post así en zancada!. pero me quedé con gustito a poco ! quería saber más de tu historia! me encató
La idea es no esperar hasta los 70 para realizar tus sueños,… la vida es corta, se acaba en un rato, por un maldito cáncer, por un maldito ebrio al volante… quieres viajar, viaja, quieres dedicarte al arte hazlo, quieres decirle que lo amas, dale…
Yo conocí a una Giselle en La Serena cuando ambas viajamos por esa ciudad, probablemente de 70 años, francesa, viajando sola rumbo a San Pedro..y si bien sólo tuvimos un par de horas para conversar fue demasiado agradable pensar que quienes tenemos la oportunidad de viajar desarrollamos un tipo de personalidad similar que nos permite hablar sin edad, sin nacionalidad, y estar muy conscientes de lo que la vida nos entrega… lo más lindo es pensar y querer llegar a esa edad como Irene, Giselle y tantas otras compañeras de ruta <3
Personas que te conectas de un segundo a otro es lo mejor, y es lo que te incentiva a seguir un camino el cual tu realizarás y conocerás mil experiencias más para así volver a reencontrarse en otra parte del mundo, saludos !
Ahora la Irene sera todo un personaje aca xD
¡Cuando le escribas el correo deberías contarle que escribiste sobre ella acá y que es todo un hit! ¡jaja todas la aman!
Creo que cuando uno viaja tiene una disposición muy distinta a hacer amistades y es bonito. Porque uno que vive en una ciudad con 6 millones de personas, tiempos de transporte cercanos a la hora y una jornada laboral de 9 horas, cuando ve a alguien en la calle, lo único que quiere es que se aparte del camino.