por Jime Zapata (@jimezapata)
Emprender tiene muchas cosas buenas y entretenidas, pero también hay riesgos e incertidumbre con los que hay que lidiar día a día. Además de la duda si la idea es buena, si voy a ganar dinero, si estoy manejando bien los costos, si me conseguí a los mejores proveedores y muchas otras preguntas más, está el saber dónde voy a trabajar. Muchas veces, tener un buen lugar de trabajo puede marcar la diferencia en el desempeño de la gestión diaria; un lugar cálido, acogedor, silencioso (o las características que uno pondere como importante) pueden hacer mucho más eficiente el día.
Para muchos, en un comienzo, arrendar una oficina es algo lejano. Ya sea por los costos altos que esta decisión implica (arriendo, muebles, internet, etc.) o porque no se necesita un espacio tan grande, esta opción es descartada.
Como plan B esta la opción de armarse un escritorio en la casa y trabajar desde ahí, si bien es una opción económica, yo la descarté desde un principio porque me gusta tener los espacios separados, salir de mi casa al trabajo me hace bien, quiebro la rutina y no estoy encerrada todo el día -y noche- en el mismo lugar. A pesar de que ir a un café es una muy buena opción, elegí trabajar desde un cowork y estoy feliz con mi decisión.
Un cowork es un espacio de trabajo con oficinas compartidas, donde arriendas por hora o mes, y tienes acceso a un escritorio, internet, oficina de trabajo, lockers o lo que el lugar te ofrezca. En Santiago estos espacios están cada vez más de moda y hay muchas opciones diferentes de trabajo; además de haber en varias comunas, hay muchos convenios con universidades o municipalidades, y algunos que se están especializando por rubros de trabajo.
Como experiencia les recomiendo ver bien el lugar y sentirse cómodas en él, estuve 4 meses en uno y me tuve que cambiar ya que, a pesar que era barato porque tenía convenio en mi comuna, era muy ruidoso y me costaba mucho concentrarme. Ahora estoy en el Urban Station y me acomoda mucho, me queda cerca de la casa, el lugar es acogedor y tiene muchas comodidades que para mí son importantes.
Me gusta la sensación de que, a pesar de trabajar sola, llego a un lugar como si fuera mi oficina. Tengo mi lugar de trabajo, y veo las mismas caras todos los días. Me gusta, porque además de tener todo accesible, puedes hacer muy buena red de contactos, conocer gente que te puede ayudar en el emprendimiento y tienes la opción de compartir un café con alguien que está en las mismas que tú. Instancias que en un emprendimiento siempre se agradecen.
Foto: unsplash.com
buena idea, así te haces la idea de “ir a trabajar” todos los días, cosa que, por lo menos en mi caso se diluye sino tengo donde ir. A eso sumarle que si vives solo te terminas transformando en un ermitaño en pijama jojojo… a mi me pasa. Además se comparte con otras personas, que sea un buenos días y una conversa trivial, siempre es bueno, más aún si estas personas están en el mismo rubro, o en la misma al menos, redes de contactos, etc…
Tiene las ventajas que de ir a un café, a veces me daba lata ir al café y al final no iba no mas.
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