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Licorice Pizza: Correr hacia el amor adolescente

Licorice Pizza: Correr hacia el amor adolescente 1

Por @ferfierro_

La nueva película de Paul Thomas Anderson se llama “Licorice Pizza”, es la gran nominada al Oscar y protagonizada por Alana Haim. Mayor encabezado que ese para querer verla no se me ocurre.

Si hay algo que Paul Thomas Anderson (me encanta decir su nombre completo y no solo “el director”) sabe hacer es contar una historia, pero mucho más que eso, su gran talento está en crear personajes que no se te borran más de la memoria.

Todavía me acuerdo de la entonación que hacía Tom Cruise en las seudo charlas motivacionales de su personaje en “Magnolia” y espero que ustedes también.

“Licorice Pizza” vuelve a la esencia del cine, a esa estética que disfrutamos en pantalla grande, a una banda sonora protagonista y a una historia de amor. Amor adolescente que nos hace volver a creer que el amor es lindo y todo lo puede, al menos en esas dos horas dentro de la sala de cine. Así que si tienen corazón, esta es su película.

Está ambientada en los setenta, así que eso le suma puntos de inmediato con la onda que tiene y como ya es costumbre en Paul Thomas Anderson, la banda sonora está impecable: David Bowie, Nina Simone, The Doors, Paul McCartney y la música escrita por Radiohead y Jonny Greenwood. Una cosa poca.

La nueva película de Paul Thomas Anderson se llama “Licorice Pizza”, es la gran nominada al Oscar y protagonizada por Alana Haim. Mayor encabezado que ese para querer verla no se me ocurre.

Todo ocurre en California, donde todos quieren triunfar y hay sobrepoblación de ex actores o aspirantes a Hollywood.

 A los cinco minutos los protagonistas ya son tus favoritos. Partimos con Gary Valentine interpretado por Cooper Hoffman, el hijo de Phillip Seymour Hoffman y lo digo casi como spoiler porque también quiero que se fijen en lo impactante de lo parecidos que son al actuar, tienen incluso los mismos gestos y movimientos. Y talento, obvio.

Gary tiene toda la confianza en sí mismo y valentía que un adolescente de 15 quisiera tener, o que un adulto. Sólo tambalea cuando se trata de Alana, y es que todos aman a Alana (y me incluyo). Uno de los mejores personajes femeninos que he visto últimamente. Sí, está perdida y no sabe qué hacer un poco con su vida, pero va a todas, porque sabe al menos que no quiere que su vida sea simplona.

Licorice Pizza: Correr hacia el amor adolescente 2

Ambos se retan entre ellos, y cuando digo “retan” es porque se gritan y pelean y porque también se animan a “ser mejores”, pero sobre todo a ser creativos en ese camino. Y se ríen, se ríen harto de ellos mismos y del resto. La película en sí, tiene una mezcla entre ese humor que puede pasar desapercibido y cosas realmente chistosas como para risotada.

Los personajes secundarios también hacen lo suyo, Alana y Gary se roban la pantalla pero el resto hace buen soporte. Ahí tenemos a Sean Penn y Bradley Cooper que intervienen en algunas unas escenas clave y que además son mis favoritas: La del camión en reversa y el salto en moto, porque sí, estas son el tipo de aventuras que se viven en Licorice Pizza. 

Licorice Pizza: Correr hacia el amor adolescente 3

Y además, corren. Sí, hay escenas de los protagonistas corriendo. Corren para encontrarse, porque si es una buena película de amor no puede faltar la escena en que corren hacia el otro en medio de la calle, justo cuando ambos al mismo tiempo se dan cuenta que tienen que estar juntos.

Que no importa que el otro tenga 15 y abuse del uso del pantalón blanco y la creación de pymes extravagantes o una chiquilla que está fuera de tu alcance en madurez y personalidad que te grita la mitad del día.

Corren y uno quiere que se encuentren y sean felices en su amor odio.