por Lala
Este país funciona más o menos así. Alguien presenta un proyecto, duerme eternamente en el Congreso a pesar de que a los ciudadanos les interesa. Años después pasa algo terrible que nos hace reaccionar (como en este caso, la muerte a palos de Cholito) para que finalmente se le dé cierta prioridad a esos proyectos y se conviertan en ley. Eso pasó con la Ley de tenencia responsable de mascotas y animales de compañía, que al fin verá la luz, si pasa con éxito su último trámite de promulgación en la Cámara de Diputados.
El proyecto contiene 12 puntos que abarcan, a mi juicio, la mayoría de lo que se necesita para que cada vez tengamos menos animales abandonados a su suerte por culpa de personas irresponsables. Además, incluye sanciones a quienes no cumplan con una tenencia responsable de animales.
Los principales puntos tienen que ver con la esterilización masiva de animales, la educación en tenencia responsable, adopciones masivas, rescate de animales en situaciones de catástrofe, desincentivo de la reproducción de animales, regulación de criaderos y locales de compra y venta de mascotas (que incluye que todos deberán vender a los animales esterilizados), prohibición de la venta ambulante de animales, nuevas sanciones al maltrato animal, registro obligatorio de animales y sus dueños, entre otros.
Hay puntos que celebro particularmente, como la obligación de entregar a los animales esterilizados en el caso de la venta de una mascota (entiendo que los veterinarios no están de acuerdo con esta medida, así que esperemos que este punto se pueda discutir). Eso debiera desincentivar la mala costumbre de muchas personas de ver a sus animales como un bono semestral.
Lo mismo con el rescate en situaciones de catástrofe, ya que hasta hoy los animales han sobrevivido a incendios, terremotos y tsunamis gracias al trabajo cariñoso y comprometido de organizaciones y gente de buen corazón. Asimismo, obliga a los dueños a ser responsables de los daños que las mascotas puedan generar. Sabemos que los perros no son agresivos, ni siquiera ciertas razas. El problema está en cómo son educados, así que la culpa nunca es del perro, sino del adulto supuestamente responsable. Punto para la ley.
Esperemos que sea ratificada y se ponga rápidamente en marcha. Ojalá también se pueda ir perfeccionando con el tiempo, pero este es un gran paso inicial.