por Sebastián Astorga*
Como un eco, un doble abrazo, Caetano Veloso nos entrega un nuevo álbum, tercero grabado con su banda Cê: Cê (2006) y Zii e Zie (2009). Básicamente guitarra, bajo, batería y voz. Pedro Sá, Ricardo Deas Comes, Marcelo Callado y Caetano.
A Bossa Nova é foda abre el disco, acentuando, como lo ha hecho desde finales de los 60, que el Bossa Nova está lejos del cliché de la cosa dulce, lounge, sino que más bien, y en sus propias palabras, fue y es un movimiento estético agresivo, un gesto histórico de gran violencia. La antropofagia ha estado siempre en la visión del músico: comer el corazón del invasor y hacerse de su fuerza. El bossa nova, de la mano de Joao, Vinicius y Jobim, supo magistralmente fusionar la samba con la música popular norteamericana y las estructuras armónicas europeas, componiendo bellos engendros de Cole Porter, Debussy y Pixinguinha. El impacto que a finales de los 50 le causó Chega de Saudade por João Gilberto, sigue hoy motivando la creatividad de Caetano. Que la Bossa Nova es joda.
Luego del demasiado ambicioso A foreign Sound (2004), donde hace un recorrido por el cancionero norteamericano de Paul Anka a Kurt Cobain, el 2006 recluta a músicos 30 años más jóvenes que él volcándose a la experimentación y sonoridad del rock garage. Caetano es nuestro Bowie sudamericano, se reinventa sintonizando y manipulando las tendencias estéticas contemporáneas. Con el Tropicalismo Brasil estuvo a la par de las vanguardias inglesas y norteamericanas en cuanto a experimentación sonora e imagen. Hoy, Caetano, habiendo universalizado su música en los 90 interpretando el cancionero popular latinoamericano (Fina Estampa), da un giro hacia el rock independiente, encontrándonos, desde la samba y el bossa, con Yo la tengo y los Stooges.
Abraçaço es el tercer eco de este proyecto. En esta resonancia, rock, samba, bossa nova, hip-hop, bolero y blues dialogan con exquisito frescor. Destaca especialmente Pedro Sá con sus crudas guitarras fuzz- wah wah, de directa inspiración Ron Asheton (The Stooges), el fino uso del delay y la versatilidad de moverse entre las capas de ruido y bellos solos de blues (Vinco).
Caetano, a sus 70 años, con más de 40 discos a su haber, no deja de sorprendernos y encantarnos con sus nuevas entregas. Abraçaço supuestamente cierra el ciclo de trabajo con la banda Cê, lo que nos motiva a esperar atentos su próximo giro.
Para adquirir el disco pueden visitar: caetanoveloso.com.br.
*zancudo invitado
cómo se llamaba el disco?
Muy buen post. A mi me encanta Caetano porque no quedó estancado en el tiempo, se arriesga con nuevos sonidos, nuevas propuestas, y no tiene prejuicios con las nuevas generaciones y estilos de música.
Sólo como comentario, es LA bossa nova y no EL bossa nova. Sorry por lo quisquillosa, pero sería lo mismo que decir El cueca…