por Diluida Ida
Hay personas a las que nos les cuesta dar rumbo a su vida, personas que desde temprana edad ya saben cuál será el próximo paso a seguir: estudios, oficios, trabajos, negocios tal vez, ya sea por algún talento, porque sienten fascinación por algo o simplemente por determinación propia o impuesta. Cualquiera sea el caso, estoy lejos de saber lo que se siente.
Rondado los 16 años tuve que optar por dos ramos electivos en mi colegio, se suponía que estos ayudarían a formarme de cara al próximo paso que sería la universidad. Yo, dispersa como siempre, opté por química y artes. No sé cómo fue que mi colegio permitió que yo cursara dos ramos tan distintos entre sí, me refiero a que ante los ojos de cualquiera era una joven que no tenía ni la más mínima idea del rumbo que tomaría mi futuro.
El punto es que realmente me gustaban las dos cosas, aunque para mi pesar, estaba/estoy lejos de destacar en cualquiera de ellas. Y es que siempre me ha gustado mucho el arte, pero siento que no tengo dedos para el piano. La disciplina tampoco es uno de mis fuertes, entonces como no soy disciplinada ni constante (más bien ansiosa y dispersa), no aprendí a dibujar, ni a pintar, ni a tocar guitarra, ni piano, menos cantar, ni siquiera aprendí a ganarle a mi hermano en el Mortal Kombat! Que él me ganara un par de veces me hizo “entender” que nunca estaría suficientemente capacitada para ganarle y creo que ese es el problema de muchos de nosotros quienes queremos hacer mucho y terminamos haciendo poco o nada.
La constante comparación y auto exigencia en la que muchos caemos nos frustra, y es esta frustración la que nos lleva a dejar de intentar, creyendo que nunca seremos lo suficientemente buenos. Pero, ¿Cuál es el parámetro para medir nuestras capacidades? Porque, si lo pensamos, siempre (o la mayoría de las veces) habrán mejores y peores que nosotros, en todas y cualquier área de trabajo, estudios y/o disciplina en la que nos desempeñemos.
Creo que el secreto está en dejar de compararnos con el vecino, el compañero, el hermano, el primo y ser más indulgentes con nosotros mismos, me refiero a que si quiero aprender a tocar guitarra, lo correcto sería no rendirme en el hecho de que probablemente, a mis 32 años, no llegaré a ser la mejor guitarrista, porque incluso si llegase a ser una mala guitarrista, esto sería mejor que no serlo. ¿O no?
En fin, espero no quedarme en la teoría, escoger una de esas cosas de mi extensa bucket list, no pensarlo mucho y solo hacerlo!
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Me pasa exactamente igual, en la media sentía que no era buena para matemática ni siquiera trabajaba en clases, con suerte calentaba la materia un día antes y obvio que me iba mal. Así con varias cosas en la vida, muy poco disciplinada quedándome en las ideas.
Siento a veces que eso es puro miedo a fracasar, entonces mejor no lo intento o lo hago a medias donde obviamente no tendré buenos resultados.
Lo bueno de identificarlo es empezar a plantarle cara!!!
Justo esta semana le contaba de esto a una amiga. Estudié diseño y entre las eternas crisis de sentirme mediocre y la inestabilidad economica, me puse a trabajar en otra cosa que era algo super cuadrado y no me aportaba nada, asi que despues de estar como un año y medio renuncié para retomar diseño, pero lo primero que veo es que todos mis amigos, conocidos y referentes han evolucionado caleta en este tiempo… Mi amiga me dijo que si iba a partir comparandome, partía mal, y tiene toda la razón.
Con otras cosas si me he atrevido a hacerlas, por ejemplo ir a natación y clases de canto. y no es que quiera competir o ser cantante, lo hago por gusto y es genial irse superando
????
Por la foto pensé q hablaría de la película” It”
uff, cuanto entiendo. Hace un año me sentí algo similar.
Te dejo este link
https://zancada.com/2016/10/por-que-algunos-no-tenemos-una-verdadera-vocacion/
Yo quiero retomar dibujo o pintura, algo en lo que tengo talento, pero por lo mismo nunca he estudiado, lo que quizá me ayudaría a ser mejor. En cambio, me he empecinado en aprender cosas valiosas pero para las que no tengo necesariamente un talento innato…a veces hay que seguir al corazón y no tanto a la cabeza, aunque suene cliché. Si uno hace lo que de verdad quiere puede ser igual feliz.
gracias