La primera vez que escuché El hombre puede, el nuevo disco de Ases Falsos

elhombrepuede
por Mariana y punto

“Esta es la primera y última vez que voy a disfrutar este disco”, fue una de las cosas que nos dijo Cristóbal Briceño antes de ponerle play a los 37 minutos de El hombre puede, el nuevo disco de Ases Falsos, que aparecerá oficialmente este viernes 28 de octubre y que tuve la suerte de escuchar la semana pasada, entre un selecto grupo de aficionados y sus compañeros de la banda.

Nos convocaron a las diez y media de la noche, después de un clásico universitario en el que ganó la UC. Entre otras advertencias, Briceño partió diciendo que entendía que era difícil reseñar un disco después de escucharlo una sola vez, y así es; yo soy una persona que procesa especialmente lento la información, por lo que me cuesta bastante empezar a identificar canciones o incluso el sentimiento hacia un disco, pero hice el intento.

Puso el equipo de música en el suelo, y nos explicó que prefirieron mostrarlo así, de manera aparentemente normal y no profesional, porque de todas formas se asemejaría más a la experiencia que tendríamos después al escucharlo con nuestros malos audífonos… algo bastante cierto (en mi caso, al menos). Nos dictó las canciones que escucharíamos, así lo primero que supe fue que después de la primera canción (Chakras, que según Briceño es más bien como una cortina que dura 2 minutos) venían los temas que han estado tocando en vivo desde hace un tiempo: Gehena, Sal de ahí, Subyugado, Más se fortalece, Fría. Y en lo que queda del lado B de lo que será el vinilo -que Simón Sánchez, bajista, calificó de más lento que el lado A- vienen las canciones que no conocía: Mucho más mío, Antes sí ahora no, Creo que no creo y Trato hecho.

Escuchamos el disco de corrido, sin interrupciones. Por lo que me evocaron las canciones esa primera vez, siento que podría haber sido una escena de That ’70s Show, porque todas me parecían pequeños clásicos que podría haber estado escuchando alrededor de una alfombra, igual que esa noche, pero en los años 70. También me pareció que es el disco con el sonido más cohesionado de entre todos los demás de Ases Falsos y Fother Muckers; no sé si eso eso es algo bueno o malo (porque me gustan mucho todos los otros discos), pero supongo que puede ser de alguna forma más maduro o certero: todas las canciones se notaban evidentemente parte de una misma cosa.

Esa primera vez escuchando El hombre puede me hizo pensar en My Sharona, Violent Femmes y Miguel Bosé (quizás no sean los referentes más precisos, pero es lo que se me vino a la cabeza en ese primer momento); las canciones me sonaban como si fueran algo de otra época y algunas hasta en inglés, pero traducidas al español, como suele hacer Briceño con interpretaciones como Vivo para mí. Me quedé con la impresión de que todas las canciones (las nuevas-nuevas, sobre todo) tenían algo de épica, y después del clímax se dan un buen tiempo para decantar y disfrutar. A la antigua.

Después de una primera pasada el disco sonó un par de veces mientras conversábamos, y recuerdo que cada vez que miré el equipo para anotar que eso que estaba sonando me estaba gustando mucho, era la canción número 7 (Mucho más mío), de la que ahora no recuerdo nada, pero que quiero puro volver a escuchar este viernes en mis malos audífonos.

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