Por Belén Leyton
La escritora Begoña Ugalde ha escrito poemarios, cuentos y dramaturgia. Su último libro de cuentos se publicaría en agosto, pero se suspendió hasta enero del próximo año producto de la pandemia. Su texto en Neón Singles se llama Marca personal. Es la historia de Beatriz, una joven madre y artista que está en una relación violenta.
Habla de “cómo sostienes una carrera creativa siendo mujer y con un hijo. Estoy un poco obsesionada con ese tema porque es algo que me pasó. Yo tuve un hijo a los 22 años. Es maravilloso y lo adoro, pero fue muy duro ser madre tan joven y querer escribir y hacer teatro”, relata Begoña.
La escritora estudió Literatura en la Universidad de Chile. Hizo la tesis embarazada. Su próximo libro va a tratar ese proceso y también el proyecto de su Máster. “Es inevitable. Es un tema que me ronda”, agrega. “Aquí se vive muy diferente todo este tema, cosas que en Chile están muy naturalizadas, acá no lo están, porque el aborto es legal y el mandato de la maternidad no es tan fuerte. Eso me ha permitido verlo desde otra perspectiva”.
¿Ahora estás escribiendo?
Estoy editando la novela y escribiendo otro poemario. Siempre escribo un diario, lo recomiendo totalmente, y en el confinamiento me di cuenta que lo estaba escribiendo en una clave lírica. Entonces le di rienda suelta a eso. Además, el otro día viví una situación muy rara en un tren y me dieron ganas de escribir una obra de teatro. Siempre escribo cosas en paralelo.
Hace poco terminó el taller que estaba impartiendo. “Para el taller leo harta poesía. Y hay libros de literatura latinoamericana que me gustaría leer, pero es difícil acceder desde aquí a ellos, entonces voy leyendo lo que llega a mis manos. En la noche siempre trato de leer un poco antes de dormir”, cuenta.
¿Cómo aprendiste a escribir?
Hacía poemas en el colegio. Era la típica niña medio nerd que se pasaba los recreos en la biblioteca. Mi mamá me leía cuentos antes de dormir. Y tenía un abuelo que, aunque no terminó el colegio, decía proverbios y refranes. Creo que de ahí me vino esa cosa más lírica. Pero más en serio fue cuando terminé la carrera. Estaba harta de leer teoría literaria. Escribir fue como una especie de detox del rollo académico, tan intelectual. Ahora ya se me pasó el trauma y volví a disfrutarla.
Vivir en el extranjero
Begoña Ugalde lleva cuatro años viviendo en Barcelona. Se fue a hacer un Máster en Creación Literaria y aún no vuelve. Este fin de semana iba a hacer una residencia artística, pero los casos de coronavirus están creciendo en España. Se siente ansiosa por la posibilidad de volver a cuarentena. Dice que hay mucha gente huyendo del verano en la ciudad. Y ella analiza cómo sería volver al encierro con sus hijos, esta vez con el calor húmedo.
¿En España estaban haciendo vida normal?
Sí y harta gente está haciendo un mea culpa por hacer una vida demasiado normal. Cuando nos desconfinaron, lo primero que abrieron fue los bares y se llenaban. Yo reconozco que fui varias veces a la playa.
También suspendieron todas las actividades culturales, pero los bares siguen abiertos. Entonces hay una especie de rebelión muy interesante contra los criterios de las autoridades. El fin de semana hubo una marcha en contra del confinamiento. Hay una tensión social fuerte.
Viviste el estallido social y la pandemia fuera de Chile.
Fue muy extraño vivir el estallido desde acá, da pena no haber participado. Además, con mi pareja estábamos pensando en volver y empezaron las protestas, que es hermoso y muy necesario pero los trabajos se fueron cayendo. Y después llegó la pandemia. Ahora estamos decidiendo qué hacer.
¿En qué trabajas en España?
Trabajo en dos librerías y lo que más hago son talleres literarios. Además, tenemos una editorial con mi pareja, vamos a vender los libros a mercadillos y ferias. A veces hago conferencias y cosas así. Mi abuelo era español, así que me dio la nacionalidad. Y hemos hecho de todo para vivir. Nos hemos ido quedando porque el colegio es bueno y gratis, tenemos una vida de barrio.
¿Cuáles serían las razones para volver?
Me da flojera remontar todo esta logística del colegio. Tengo un hijo de trece y otro de cuatro. Pero estamos en una cultura diferente, a pesar de que hay mucha migración y es una ciudad muy latina, igual es otra cultura. Nos faltan redes de apoyo. Allá están las abuelas y las amigas.
Y hay una forma de trabajar que es muy bonita allá. El nivel artístico y discursivo que hay en Latinoamérica en este momento es muy potente. Yo resueno más con lo que está pasando allá. Pero tampoco siento un arraigo fuerte por Chile. Extraño algunos paisajes, algunos lugares, pero creo que podría vivir en casi cualquier parte. Mi familia también es de migrantes y me gustan harto las mezclas culturales.
¿Te llevaste libros de acá?
Fue dramático, porque me traje muy pocos. Y una de las cosas que me atormenta de volver es qué hago con mi biblioteca. La mayoría de los libros me los he encontrado. Acá la gente los tira a la basura, hay tantos y es tan barato comprar. Hoy, por ejemplo, me encontré una bolsa con algunos libros que quería leer hace tiempo. Y a mis hijos también siempre le están regalando textos hermosos. Hay mucho acceso a los libros. Y además están las bibliotecas públicas.
Tiene una biblioteca grande y sabe que es una tontera, pero la complica volver. También extraña libros que dejó acá, sobre todo poesía: “Acá es muy difícil encontrar poesía latinoamericana bacán. Hay, pero es poca. Mi proyecto editorial tenía que ver con eso. Difundir poesía, especialmente de mujeres y chilenas”.
¿Viste la iniciativa que está haciendo el colectivo de Autoras Chilenas Feministas (AUCH!) para darle el Premio Nacional de Literatura a una poeta?
Me parece bacán. Estoy al tanto de todas las campañas de AUCH! y zsta en particular me parece muy significativa. Soy admiradora de la Rosabetty Muñoz, Carmen Berenguer y Elvira Hernández. Las tres poetas me parecen increíbles. Está merecidísimo el premio y visibilizar que lo han ganado sólo cinco mujeres.
Así como se publicó este cuento de Begoña Ugalde en Neon Singles, cada domingo se podrá descargar un cuento nuevo desde el instagram @neonediciones y desde @soylarov. Estarán disponibles por una semana y después se podrán descargar por casi un dólar en Amazon.
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