La familia no se elige: Freakscene: The Story of Dinosaur Jr.

La mayoría de las bandas parten y terminan así: Un grupo de amigos (casi siempre desde el colegio) comparten influencias, se juntan a tocar, graban algunos discos, se pelean y si tienen suerte, se reconcilian y vuelven a tocar. En la historia de Dinosaur Jr, todo pasa al revés. 

La familia no se elige: Freakscene: The Story of Dinosaur Jr. 1

Por @quena

La mayoría de las bandas parten y terminan así: Un grupo de amigos (casi siempre desde el colegio) comparten influencias, se juntan a tocar, graban algunos discos, se pelean y si tienen suerte, se reconcilian y vuelven a tocar. 

En la historia de Dinosaur Jr, todo pasa al revés. 

J Mascis, Lou Barlow y Murph nunca fueron amigos. De hecho ni siquiera se caían bien. En Freakscene –uno de los documentales que fuimos a ver en esta edición 2022 del festival In-Edit–, Barlow recuerda que le sorprendió que Mascis lo invitara a tocar el bajo. “Siempre pensé que me odiaba”. Por su parte, Mascis describe al baterista, Murph, como un hippie bueno para las drogas, mientras que él y Barlow pertenecían a una subcultura totalmente contraria dentro del punk: el Straight Edge.

Pero ellos no estaban ahí para hacer amigos; ni siquiera para pasarlo bien. Lo único que les importaba era la música. Tocaban bien, tenían química en el estudio, y eso era suficiente. Dinosaur Jr. era como una familia disfuncional. No. Una familia “psicótica”, como dice Kim Gordon en una de las intervenciones más acertadas de este documental. 

Otra declaración que llama la atención, y que no se la había escuchado nunca antes a otro músico, es la fría bomba que tira J. Mascis: “No sé de dónde la gente sacó esta idea de que hay que pasarlo bien al tocar. A nosotros nunca se nos ocurrió que debiera ser divertido. La música era lo importante, y solo queríamos hacer música”.

A estos tres tipos reservados y tímidos les incomodaban las exigencias sociales que inevitablemente llegan cuando te empieza a ir bien, y a Dinosaur Jr., muy a su pesar, le fue bien. No a nivel mainstream, porque sus canciones no eran para el mainstream (y porque probablemente tampoco lo hubieran soportado), pero muy rápidamente se volvieron reconocidos y admirados dentro el underground estadounidense de mediados de los 80 y principios de los 90. Sonic Youth se los llevó de gira, Nirvana los citó como una de sus mayores influencias y, a pesar de ser tan introvertidos, hicieron el suficiente ruido para ser considerados hasta el día de hoy como una de las bandas formativas de lo que llamamos “rock alternativo”.

Pero el éxito no les hizo bien, y probablemente como una forma de autoboicot, aparecieron los problemas que los llevarían a desintegrarse antes de dar el gran salto que se venía sí o sí. Las peleas eran demasiadas y el grupo se terminó separando. Primero Mascis echó a Barlow y luego renunció Murph. Mascis siguió por su cuenta sacando discos como Dinosaur Jr., pero la historia del trío original no terminaría ahí.

Como partí diciendo, su relación fue al revés de lo normal, y fue con el tiempo que lograron hacerse amigos. El 2005 se volvieron a juntar los tres miembros originales y, contra todo pronóstico, todavía siguen tocando y sacando discos juntos. 

Ahora, más maduros y con menos complicaciones, los tres dejaron de lado sus diferencias, e incluso reconocen sus errores. Finalmente, lo único que importaba sí era la música.

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Bonus: El documental se llama Freakscene, y en honor a su nombre dejaré acá la escena más freak de toda la película: Frank Black tratando de explicar la dinámica de Dinosaur Jr.  

 

Frank Black trata de explicar el sonido de Dinosaur Jr. ¯\_(ツ)_/¯ from quenanena on Vimeo.