por Rosa
Autos corriendo a toda velocidad, Jon Hamm, Jamie Foxx, Kevin Spacey, Lily James, Ansel Elgort, una historia de amor, ladrones y… una banda sonora de lujo. Eso es Baby Driver. Tuvo una pasada por nuestros cines en agosto, pero me la perdí. ¡Por suerte la pillé en internet! Es súper ágil, no abusa de los efectos especiales (y eso que tiene unas persecuciones espectaculares por las calles de Atlanta), tiene una tierna historia de amor y una selección perfecta de lo mejor de distintos géneros y épocas de la música; la que además se mezcla de manera perfecta en cada escena.
La trama: Baby (Elgort) es un chico callado que siempre tiene a mano iPods con distintas listas según su ánimo del día, y no se despega de sus audífonos (la música lo ayuda a vivir con el tinnitus, una enfermedad en la que las personas escuchan sonidos y silbidos en el oído todo el tiempo, en este caso producto de un accidente). Trabaja como chofer para Doc (Kevin Spacey) un tipo que planea asaltos y al que no puedes decirle que no. Su trabajo consiste en, básicamente, trasladar a los bandidos (Jon Hamm, Jamie Foxx) y el botín donde Doc. Hasta que Baby conoce a una chica adorable (Lily James), obvio. Ahí cambian las cosas.
La banda sonora está compuesta por joyas de Jon Spencer Blues Explosion, Bob & Earl, The Beach Boys, Carla Thomas, The Commodores, T.Rex, Beck, Sam & Dave, Blur, Barry White, Queen, Simon & Garfunkel, entre otros, y no puedes dejar de encantarte y sorprenderte porque todo calza y fluye con velocidad, pero a la vez sin prisa en una película que no me dejó respirar. Muy entretenida.
Baby Driver está escrita, producida y dirigida por el inglés Edgar Wright (Hot Fuzz), quien empezó a imaginar esta película gracias a la canción Bellbottoms, y que abre la cinta. ¿Algo más? Sí, Wright conoció a Jon Hamm un par de años antes de empezar a trabajar en su película, y escribió su papel especialmente pensando en él.
Se pasó pa buena!