amor millennial

La ansiedad del amor millennial

Entré al temido mercado del amor- el cual para los millennial de 30 años como yo- está regido por Tinder, el ghosting, el like, el visto y todos los monstruos escapados del laboratorio de la tecnología, las redes sociales y la dictadura de lo inmediato.
amor millennialPor Paz

La frase “él no era para ti, ya llegará la persona indicada” ha sido la más escuchada por mi durante este último año, convirtiéndose en un lema de consolación para calmar la ansiedad y la angustia que genera el no producir ese match real y del bueno que muchos anhelamos alguna vez tener (o volver a tener) en nuestras vidas.

Luego de ser arrojada a la soltería tras muchos años de relación, inicié un viaje personal basado en el autoconocimiento, donde el dolor se canaliza en terapias dirigidas por profesionales y también por aficionados en la materia como amigos, familiares, colegas y hasta mi jefe; no hay que dejar de mencionar a las películas, series y libros en los cuales nos reflejamos y podemos hacer catarsis.

Fueros meses de una constructiva relación conmigo misma, lo cual me hace preguntar ¿por qué necesitamos romper con otro o vivir traumas amorosos para volver a encontrarnos con nosotros mismos? ¿Las relaciones amorosas nos mantienen tanto en una zona libre de ansiedad, que nos descuidamos y llegamos a convertimos en cerdillos rebosando felices sobre la mierda?

Pero como toda relación, la monogamia conmigo misma tenia fecha de caducidad y debía abrir cupos para nuevas personas; es así como entré al temido mercado del amor- el cual para los millennial de 30 años como yo- está regido por Tinder, el ghosting, el like, el visto y todos los monstruos escapados del laboratorio de la tecnología, las redes sociales y la dictadura de lo inmediato.

Con esto no quiero satanizar a las redes sociales, ni desconocer cómo es que la tecnología también nos ha podido acercar más entre nosotros y hasta nos permite conocer a personas que jamás habríamos encontrado en nuestra ruta a casa. Pero a la vez, nos da un abanico tan amplio de posibilidades, que los vínculos se vuelven líquidos y las relaciones humanas desechables.

Esperamos el placer inmediato, el vivir el momento sin buscar impactar tanto en la vida de otros. Constantemente se nos dice que lo más sano es “no esperar nada de los demás”, pero esta frase más que ser la solución a nuestros problemas, se ha convertido en un gatillante de nuestras ansiedades, transformándonos en un Emmanuel que intenta atrapar como dé lugar a su chica de humo.

A pesar de que muchas veces el amor parezca un territorio pantanoso, invadido de relaciones pasajeras, donde un visto nos hace sudar en frío y hasta las mismas ansiedades del otro nos hacen dar un pie atrás; en mi opinión, nuestro norte debe ser el amor propio y armar vínculos afectivos recíprocos, siempre esperando recibir el amor que estamos dispuestos entregar a los demás.

Mientras tanto, el trabajar una relación sana con uno mismo nunca será una mala opción, es necesario aprender a reconocer nuestros límites y deseos frente a las relaciones afectivas que establecemos con otros, y no me refiero solo a parejas, sino también a como nos relacionamos con nuestros amigos, familiares y los demás seres que habitan este planeta.

Quizás sea verdad que otro llegará en su debido momento, porque tal como nos dice queen Rihanna: encontramos el amor en un lugar sin esperanza.

Reflexiones con amigas.

Si al igual que Paz quieres escribir en Zancada, acá te decimos como.

Bruno Gomiero

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