La alegría del vibrador con pilas nuevas

por Sara

Comenzar a escribir este post me recuerda que olvidé comprar pilas nuevas. Y lo lamento mucho, porque el momento en que prendo mi vibrador con pilas cargaditas es realmente glorioso.

No uso a este fiel compañero necesariamente todos los días. Paso por épocas en que lo ignoro por semanas enteras, y en otras ocasiones en que ando melosa y lo requiero a diario. Es un poco frustrante cuando no tiene la energía suficiente para satisfacer mis requerimientos sensoriales, pero es mi culpa, querido, si eso te pasa es porque no fui capaz de comprarte nuevas pilas a tiempo. Me he visto dando vuelta mochilas, cajones y carteras con la esperanza de encontrar una pila cargada, pero por lo general eso no pasa, y el pesar me inunda.

Pero hablemos de algo lindo, cuando está todo bien y la pila está al 100%. Esa sensación no tiene precio. Es algo potente y efectivo una, dos, tres, y todas las veces que se le requieran. Los orgasmos son muy fáciles con las alcalinas llenitas. El conejo de Duracell es un zombie al lado de esto. Me encanta tener sexo con hombres, pero esta sensación es totalmente distinta. No diré que mejor, pero sí distinta.

Al tercer o cuarto uso la potencia de las baterías llenitas empieza a guatear lentamente y, si bien sigue siendo rica la sensación, la intensidad disminuye, y de a poco la vida útil de la pila va llegando a su fin, esperando el recambio por esa joven llena de energía. Personalmente no me gusta apurar la compra y trato de sacarle todo el jugo posible antes de que ya no me de lo que necesito y ahí yo me enoje y le de la espalda para dormir mirando a la pared. Ahí llega la ansiedad y ese magnífico momento de estrenar la AA lista para darme placer rápido y efectivo. Viva ese breve y mágico instante que solo unas pilas nuevas nos pueden dar.

¿Son fans de las pilas nuevas? ¿Cuánto se demoran en cambiarlas?