John Taylor: mino

por Paty Leiva

John Taylor, el bajista de Duran Duran es algo así como el regalón de banda. Mide 1.88m y es tan flaco que los jeans le quedan cortos. Tiene dientes grandes, labios de Geena Davis, el pelo le crece hacia arriba y las hombreras le quedan regio. Es miope, de ahí la dulce mirada que sus perfectas cejas arqueadas convierten en matadora.

Pero mi teoría es que su mayor atractivo son sus huesos. Sí. Su perfecta estructura ósea es la que lo ha hecho envejecer (acá un video de Vogue Italia del 2011) con la mayor gracia del universo (tiene 51 años). Su cara se podría dibujar con escuadras –y ya sabemos que el mentón definido es un sello universal de galanura–. El largo de sus piernas y brazos son un tema de contemplación divina, y para qué hablar de sus pómulos y clavículas. Es como si estuviera hecho a otra escala. Demasiado mino.

Gracias al conocimiento de gossip-musical-ilustrado de la Pía Sotomayor, supe que su primera esposa –y madre de su hija– la actriz y fotógrafa Amanda de Cadenet, es ahora esposa de Nick Valensi de los Strokes (siguiendo el patrón flaco + músico + peinado importante). Pero en verdad, como es de imaginarse, tuvo todas las minas que quiso. Ahora está felizmente casado con la co-fundadora de Juicy Couture, Gela Nash desde 1999.

Lo que mé re-encantó de John Taylor ahora que los vi en el Caupolicán, es ser testigo de la evolución de un artista (de todos ellos en rigor) y la inspiración que provocan al perdurar en el tiempo sin perder su propia escencia.

Además de Duran Duran y Power Station, tiene una extensa y piolísima carrera en solitario, bajo su propio sello B5 Records. Pero parece que esta vuelta a Duran es la buena. Verlos en vivo es ver a un grupo de personas secas en lo que hacen, disfrutando con un relajo que solo dan los años. John se tatuó unas Ds entrelazadas en el brazo. Esto es amor verdadero.