Me gusta tener sexo a la luz del día

por Maca*

Creo que una de las cosas que más afecta o cambia el ritmo sexual en las parejas estables es la rutina, que hace que no sólo hagamos las mismas cosas todos los días (trabajar y todas esos quehaceres domésticos que se acentúan cuando hay niños), entonces uno termina teniendo sexo cuando se puede nomas, que suele ser cuando todos se fueron a dormir. El problema ahí es que probablemente uno de los dos o los dos estén raja y el sexo se va postergando tristemente y alejando a esta pareja alguna vez fogosa que era capaz de tener sexo en el baño, el auto o donde fuera necesario.

Tiene que ver con el tiempo, la disponibilidad –ya sabes que te van a pescar, no existe la adrenalina de la incertidumbre de si te va a saltar o no la liebre. El ser humano es así, se relaja y se acostumbra, por lo que ponerle sabor a la relación sexual con tu pareja estable nunca está de más, especialmente en la lucha contra la rutina.

Por eso es que me gusta tanto tener sexo de día. Me viene un sentimiento de aventura y juventud instantáneo. Me recuerda a los tiempos en que uno lo hacía en cualquier lugar a cualquier hora, ¡cuando se podía! Así que con mi marido aprovechamos los momentos en que los niños se van al colegio y antes de entrar en la vorágine del día lo hacemos en la cama con la puerta abierta (¡una locura!, me entenderán las madres jaja) o en el sillón del living, la ducha o donde sea.

Las que llevan menos tiempo pololeando quizás encuentren que es una tontera, pero las que llevan más de diez años emparejadas, algo me entenderán.

¡Viva el sexo de día!

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