Gabriel Boric Font

Gabriel Boric Font, presidente electo de Chile

"En nuestro gobierno las mujeres no retrocederán en los derechos y libertades que han logrado a la largo de la historia”. Eso dijo Gabriel Boric en su primer discurso como presidente electo
Gabriel Boric Font
Diseño: Gabriel Maragaño

Por @patyleiva
“En nuestro gobierno las mujeres no retrocederán en los derechos y libertades que han logrado a la largo de la historia”. Eso dijo Gabriel Boric en su primer discurso como presidente electo, una de las más importantes razones por las que voté por él. Le creo porque está rodeado de feministas, porque es joven y entiende que las cosas han cambiado y que incluso él sigue aprendiendo y porque en esta campaña demostró ser empático y perceptivo.

La importante participación de Izkia Siches en la campaña por la segunda vuelta fue fundamental. Como leí en twitter “no olvidar que el norte lo recuperó una mujer puérpera con su guagua en brazos”. Dime algo más motivador que eso.

Otra de las grandes razones que me hicieron, sin dudar, darle mi voto, es que le encuentro capacidad de diálogo, es que habla como persona, no como robot con un discurso aprendido. también porque no usa la ironía y el sarcasmo como modo de relacionarse con los que piensan distinto a él, y sobre todo, porque tiene capacidad de hacer acuerdos, algo que incluso lo llevó a ser muy criticado por su propio sector al firmar el acuerdo por la paz social y la nueva Constitución que hizo que Chile entrara a una nueva era –que, gracias a los resultados de ayer–, no tiene vuelta atrás. Después estábamos todos felices votando apruebo.

Ayer, como muchas, pasé por muchas emociones. La alegría de levantarse con un objetivo claro, el de ir a depositar mi voto en la urna. Partimos con mi mamá, mi hija y mi sobrinita. Cuando fuimos al cubículo, con mi hija Bárbara nos dimos el tiempo de mirar la papeleta y disfrutar del importante momento que estábamos viviendo. Muy emocionante.

 

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La noche anterior no había dormido nada, me puse a hacer manualidades de navidad y a mandarme un maratón en Netflix para relajar los nervios. Desperté demasiado temprano y partió el  día, pero ya después de votar y de preparar almuerzo, el cuerpo me pasó la cuenta, y entre la falta de sueño y la ansiedad que me provocó volver a ver los resultados preliminares del extranjero favorables a mi candidato (que la otra vez no alcanzaron para ganar), me sentí angustiada, mal físicamente, con nauseas y un agotamiento que me hacía sentir avergonzada de solo pensar en mis amigas que estaban de punto fijo como apoderadas voluntarias en los locales de votación. Pero bueno, así fue nomás, mi cuerpo reaccionó ante la presión del todo y el nada.

Cuando superamos el 30% de mesas escrutadas y gracias al magnífico trabajo del Servel (no me cansaré de decirlo), me volvió el alma al cuerpo, partimos con mis hijos a tocar bocinazos para estar a tiempo de vuelta para ver el primer discurso de nuestro flamante Presidente electo.

Deseo de todo corazón que las personas que quedaron inconformes con el resultado y hoy tienen miedo de los cambios, que el tiempo nos de la razón con hechos, y que sean capaces de decir “ok, no es lo que yo quería, pero ha sido un buen gobierno”.

Yo le tengo toda la fe, sin irme en volá porque pedir magia es una idea pésima que nos dejará con mucha desilusión. Entiendo que el fervor de anoche haya hecho que por ejemplo ayer en la tele, una señora dijera que estaba feliz porque se iban a solucionar todos sus problemas, pero eso, sabemos, no va a pasar. Lo que sí va a pasar es que recuperaremos la fe en que las cosas pueden cambiar, porque lo vamos a ver, porque lo estamos viendo. Desmitificaremos todos esos terrores que se instauraron y que con mucho dolor vi en personas que estaban convencidas de mitos absurdos sin fundamento alguno. Insisto, el tiempo irá dado la razón y trabajaremos en todo lo que podamos por que así sea como ciudadanas.

Gracias, Gabriel Boric por ser así y estar dispuesto a meterte en este tremendo forro; gracias, Izkia por viajar con tu guagüita y amamantar en el bus sin perder nunca la sonrisa y las ganas; gracias a todas las personas que votaron con alegría y enriquecieron la campaña con su arte y su ingenio (que junto a la eficiencia del Servel, son lo que mantuvo a raya nuestra salud mental), y gracias a también a quienes votaron sin ganas, pero sintieron que eso es lo que debían hacer. ¡Seguimos!