por Fernanda
No recuerdo el minuto exacto de mi vida en que conocí a Frida Kahlo y su obra, solo sé que fue en algún momento de la enseñanza media, pero lo que sí sé es que sus pinturas me impactaron desde el primer minuto y nunca más dejé de de admirarla, leerla, quererla y entenderla.
Cuando pienso en Frida, lo primero que se me viene a la cabeza es el concepto de “Amor”: a la pintura, a la vida, al dolor y a Diego Rivera por supuesto. Quizás no era un amor idílico o fácil, pero la verdad es que ninguno lo es y su amor a la pintura desafió todo, incluso su salud, podemos ver cada proceso de su vida en los trazos de su pincel, sus cuadros no necesitan firma, uno los reconoce.
Frida Kahlo es una artista que no te deja indiferente, su honestidad frente al dolor y a transmitirlo en una tela, no todos pueden hacerlo y mucho menos conmover a diferentes generaciones, ser un ícono del arte, un ícono femenino latinoamericano potente y con un discurso claro y luchador que nunca dejó.
Recuerden que hasta el día 12 de este mes, estarán expuestas las fotos que la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide hizo en el baño de la casa de Frida con sus objetos personales fotografiados como verdaderas esculturas. La exposición, que se presenta en el GAM, termina esta semana.
A 108 años de su natalicio, Frida Kahlo genia.
La encuentro extremadamente sobrevalorada. Sobre todo hoy en día que sacan hasta mochilas con la cara de Frida Kahlo. Eso explica de muchas maneras que su resalte es más por ser un icono que como real artista. Se conoce a Frida Kahlo, y no sus autorretratos, por ejemplo. Un artista, en cambio, es todo lo contrario (primero la obra, después el autor).
pienso igual que tu. Lo mismo me pasa con Marilyn Monroe.