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— FIFA Women’s World Cup (@FIFAWWC) July 7, 2019
Con un lleno total del estadio olímpico de Lyon se disputó la final del Mundial femenino de fútbol Francia 2019 entre las selecciones de Estados Unidos y Holanda.
Contra la mejor selección del mundo (Estados Unidos, actual campeona) había que hacer un partido perfecto. Holanda lo logró en el primer tiempo en defensa, pero una falla desbarató todo.
Con un penal incuestionable y sin respuesta ofensiva como equipo –salvo algunas individualidades–, no se puede derrotar al mejor equipo de la historia del fútbol femenino.
El merecido triunfo de Estados Unidos
Las estadounidenses son campeonas incuestionables. Línea por línea perfectas, un equipo trabajado como reloj y con jugadoras que saben perfectamente cuándo y dónde tomar decisiones en pro del equipo, y lo hacen extraordinariamente.
El penal de Megan Rapinoe y el gol de Rose Lavelle dejaron el marcador arriba 2 a 0. Sari Van Veenendaal, arquera de Holanda ganó el guante de oro como mejor arquera del mundial.
Megan Rapinoe ganó botín y balón de oro y no piensa ir a saludar a Trump a su regreso.
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Desde el estadio cuentan que al entrar las autoridades de la FIFA a la cancha, el público coreó “Equal Pay, Equal Pay”, en el mejor momento para dejar en claro que el nivel del fútbol femenino está para grandes cosas, y hacer notar que la balanza está muy inclinada en contra de la mujer.
Ha sido muy emocionante seguir todos los pasos de la copa mundial, partiendo con Chile dentro, y hacer el seguimiento de cada partido. Conocer el alto rendimiento de tantas mujeres de distintos países del mundo y poder constatar la diferencia que hace el peso histórico y los recursos en cada selección ha sido enriquecedor.
Eso sólo nos hace tener más ganas de seguir apoyando desde nuestra vereda de público y espectadoras, a las deportistas que aman el fútbol para las que, tal vez, por primera vez, se vuelve una carrera profesional posible. Pero falta mucho por hacer.
Tiane Endler es una excepción de excelencia y oportunidad que queremos que se replique y deje de ser un caso particular. Ella lo tiene muy claro y lo vimos en su tranquilidad tras la eliminación de Chile, pero ya está trabajando en eso con sus escuelas de fútbol y con su propia carrera que es un ejemplo a seguir (seas deportista o no).
El trabajo ahora está en manos de las autoridades, de las directivas, de las marcas y los medios.
Son ellos quienes deben empezar a equilibrar los recursos, porque, a las jugadoras de nuestra selección, garra les sobra. Basta con ver su entrega en la cancha, todas las cosas que deben organizar en sus vidas para poder jugar y la emoción que demuestran en cada partido.
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