Entrevista a Arelis Uribe, autora de Quiltras

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por Mariana y punto

Desde hace tiempo le venía siguiendo la pista a Arelis Uribe. Primero cuando nos contactaba desde el OCAC, donde es la directora de comunicaciones; después por redes sociales donde es conocida como @arolasuribe, un sobrenombre que tiene desde que era chica (su primer nombre es Daniela, pero había muchas, y un compañero solía cambiarle las vocales a los nombres = Arolas); por sus columnas en Noesnalaferia, el medio revelación que reivindicó y homenajea a la clase media y la periferia, tal como lo hizo Arelis también con Quiltras, su primer libro de cuentos publicado por la editorial Los libros de la mujer rota y que ha sido un éxito, con toda razón.

Cuando el 2014 tomó un taller de cuentos con María José Viera-Gallo fue que Arelis empezó a experimentar con ese formato. “Escribí dos o tres cuentos que no funcionaron (y que me daría vergüenza leer ahora) y también escribí el cuento Quiltras, que envié, sin ninguna fe, al concurso de cuentos de la revista Paula. Quedó finalista. Después, escribí el cuento Ciudad Desconocida, ​que abre mi libro, y también obtuvo un premio. Entonces me dije: ya, voy a escribir varios cuentos, voy a armar un libro”.

En el lanzamiento del libro hablaste de la conciencia de clase, de feminismo y de la experiencia de escribir… ¿esos fueron siempre tus ejes intencionales, o aparecieron involuntariamente en el proceso?
​Yo creo que las sensibilidades que tengo cuando hago periodismo me acompañaron al momento de escribir ficción. Son las mismas preocupaciones: la violencia, la desigualdad, las identidades de los bordes. Al final, en vez de decir eso en cifras o en la tesis de una columna de opinión, lo que puse a marchar fueron escenas y sensaciones.

Varios de los cuentos de Quiltras están relatados desde la adolecencia (o desde una edad pre-independencia en la que todavía vives con tu familia), ¿fue casual o lo decidiste así por alguna razón?
​Creo que eso ocurrió porque cuando empecé a escribir lo hice de períodos de mi vida que puedo mirar con distancia. Y ese tiempo es la adolescencia. Son períodos de mi vida o de la vida de gente que me acompañó en ese tiempo, a los que eché mano para ficcionar. No sé bien por qué, se fue dando nomás.​

¿En qué momentos y soportes escribes ficción y no ficción?
​En general escribo desde mi computador, que es un PC con Linux y Libre Office. A veces tomo notas en mi celular o en una libretita. Siempre ando con lápices y con una libreta en mi mochila. Otras veces, cuando estoy conectada a internet, no me aguanto, y tuiteo ideas o imágenes que se me ocurren.​

¿Dónde y cómo te gusta leer?
​Me gusta leer donde pueda. Disfruto tirarme en mi cama o en el sillón los fines de semana y leer con los gatos encima. Me encantan los libros como objeto, tenerlos en papel, olerlos. También tengo un Kindle y en general allí leo artículos periodísticos que me cansaría leer en el computador.

¿Cuál fue el primer libro que no pudiste soltar?
​Yo creo que “Mira lo que tengo”, de Anthony Browne. Me gustaba la historia y descubrir los gorilas ocultos en las ilustraciones. El libro estaba en la biblioteca de mi colegio y me lo robé sin querer. O sea, lo pedí a fin de año y después salimos de vacaciones. Nadie me lo pidió de vuelta al año siguiente y yo me hice la gil. Todavía lo tengo.

¿Qué mujeres de la literatura y/o del periodismo han influido en tu vida?
No sé si es una influencia directa, pero amo lo que hace Gabriela Wiener, Alma Guillermoprieto, Leila Guerriero. Amo cómo escriben, son tremendas. Me gusta Marjane Satrapi, Romina Reyes, Margarita García Robayo, Claudia Apablaza. Y debo decir que Claudia Apablaza es la mujer de la literatura que más ha influido en mi vida, porque gracias a ella y su proyecto editorial se publicó Quiltras.

¿Dónde y cómo guardas/ordenas los libros de tu biblioteca personal?
​Tengo varios libreros en mi casa. Los ordeno por género: novela gráfica, filosofía, feminismo, literatura chilena, crónica periodística.​

¿Tienes libros en tu velador?
​En general tengo el Kindle y los libros nuevos en el velador. Ahora tengo Seca, de Kena Lorenzini, que muy amorosa me lo regaló en el lanzamiento de Quiltras, y tengo Llamada perdida, de Gabriela Wiener, y Ser política en Chile, de Julieta Kirkwood, dos libros que me traje de la última Furia del Libro.

En Quiltras hay historias de amistad entre mujeres… ¿cuál es la importancia de las amigas para ti?​
​Mis amigas son mis compañeras de vida, en especial las que conocí en el OCAC. Son mi sororidad, mis compañeras de lucha, mi esperanza de que podemos vivir en un mundo más digno.​

¿Cómo conociste a tus compañeras del OCAC?
​Por internet, como la mayoría de mis personas favoritas.

¿Quién fue tu primera ídola?
​Uy, no sé. Quizá Sailor Mercury, me gustaba que fuera una súper heroína cuyo poder fuera ser ñoña y matea.​

¿Tuviste algún póster en tu pieza?
​Sí, de Sailor Moon, de Ranma, de Radiohead. ​Ahora tengo cuadros, que es lo mismo pero enmarcados. Tengo un malaimagen y algunos afiches de la Unidad Popular.

Danos una buena picada/dato (de lo que sea).
​La Vega. Soy vegetariana y me encanta ir a comprar allá. No hay mejor picada que ésa.​

¿Cuál es tu lugar preferido de la ciudad en que vives?
​Me encantan los parques en general. El Parque Bustamante y el GAM son un lujo que ojalá todas las comunas pudieran tener.

¿Cuál es tu mejor manera de perder el tiempo?
​Leyendo y viendo series con los gatos encima los fines de semana. Aunque en realidad no es una pérdida de tiempo, es una inversión.