POR @PATYLEIVA, RETRATO: NICOLÁS MONTENEGRO
Catalina Infante Beovic acaba de publicar su primer libro de cuentos “Todas somos una misma sombra” a través de Neón Ediciones, que se compone de cuentos escritos en un periodo de 5 años de una etapa pasada de su vida. Hoy se encuentra en otro momento, esperando su primer hijo. Vivió la edición embarazada, cosa que le ayudó a desapegarse, a cerrar las historias, darles una forma y un lugar y dejarlas ir. “También me dio el impulso para trabajar, siento que la maternidad es como tomar un vuelo a otra dimensión espacial, eso me dio la fuerza del ‘ahora o nunca'”.
Catalina y su hermana son dueñas de la librería Catalonia, y su vida siempre ha estado vinculada a los libros. Ha trabajado como correctora, profesora, editora, escritora, dueña de dos librerías, columnista y comentarista de libros. Como escritora ha publicado literatura juvenil, libros ilustrados y poesía musicalizada.
Leí el libro en dos días. Los cuentos construyen imágenes visuales tan claras que parece que uno hubiera estado en los lugares que describe en estos 8 cuentos, en los escenarios a quien está dedicado el libro: Santiago, Guangualí, Matanzas, Aurora, Valdivia y Chiloé. Los cuentos son inquietantes y de estructuras particulares, el formato es perfecto, un libro que casi cabe en tu mano con diagramación muy cómoda (cosas en las que me fijo como diseñadora por deformación profesional) y una portada pregnante e inolvidable (las mejores portadas) hecha con una ilustración de la talentosa Carola Josefa, quien ha colaborado también en Zancada con su arte. Tuvimos la oportunidad de conversar con Catalina Infante y le planteamos las preguntas que nos surgieron después de leer su bello libro.
¿Cuál es el estado de ánimo del libro?
Yo creo que el libro transita diversos estados, desde la fragilidad y vulnerabilidad hasta la indolencia y el sarcasmo, todo narrado por una voz interior, secreta y silenciosa. No son relatos escritos desde la voz hablada o pública sino desde la voz interna, esa que nos relatamos a nosotras mismas en la intimidad. Es una voz reflexiva, crítica, escéptica a veces, cansada en otras. No podría definir un mismo estado de ánimo, pero sí puedo darle esa unidad del silencio interior.
Tu capacidad descriptiva nos hace sentir que estamos en los lugares que hacen de escenario en cada cuento. Me parece que la ubicación geográfica tiene mucha importancia en ellos, ¿fue una unidad que surgió sola o que buscaste?
Creo que los paisajes exteriores que uno habita en determinados momentos de la vida siempre hablan o resuenan con los paisajes interiores en los que estamos transitando. Esa conexión con la naturaleza y el entorno me afecta y determina, y me gusta mucho escribir desde ahí. Al terminar de trabajar estos cuentos me di cuenta que podía leer paisajes en ellos; por eso le dediqué el libro a esos lugares.
A ratos creo que la persona que protagoniza las historias está con gente que no le gusta, que le desagrada, ¿cuál es la motivación para escribir sobre ellas?
Más que una motivación para escribir sobre gente desagradable, creo que estas protagonistas, al hablar desde esa voz interior, se permiten muchas más licencias y libertades de las que podrían o se atreverían en una voz más externa o pública. Eso es algo que nos pasa mucho a las mujeres, nos han criado para agradar, para ser conciliadoras y dulces, para cuidar y contener a otros, para la delicadeza. Y en esa delicadeza perdemos la vida (como dice Rimbaud), nos perdemos el gusto de ser contestatarias, desafiantes, rebeldes, pesadas, de decir lo que en verdad pensamos, nos perdemos de lo exquisito que es odiar un poco. No digo que haya que estar en ese lugar para sentirnos poderosas, podemos serlo desde la delicadeza, pero no desde el silencio contenido de nuestra verdad sino desde la honestidad absoluta. Lamentablemente el único espacio que encuentran estas mujeres en el mundo para desplegar esa honestidad es dentro suyo, con ellas mismas.
¿Cómo guiaste a la ilustradora y diseñadora para llegar al diseño de la portada?
Fue un trabajo de María Paz Rodríguez (mi editora) y el equipo de Neón Ediciones. Yo solo sabía que quería una ilustración de Carola Josefa, porque admiro mucho su trabajo, ¡es tan seca!, y porque creo que convoca un estado parecido al del libro. Finalmente quedó ese arte tan bello, fue un trabajo mancomunado de mujeres y el resultado me encanta.
¿Cómo fue tu proceso creativo de principio de la idea hasta imprimir “Todas somos una misma sombra”?
Estos cuentos estuvieron ahí esperándome en una carpeta durante casi 5 años. En ese periodo cambiaron mucho, los trabajé, re-escribi, me peleé con ellos, me reconcilié, los olvidé, pasé por todos los estados. Algunos fueron escritos de una sentada, como “Hermanos”, y otros tuvieron su tiempo de reflexión, como “La novela que nunca escribí”, que creo fue creciendo y mutando conmigo. De alguna forma estos cuentos son como amigos que me acompañaron, da un poco de pena cerrarlos y dejarlos ir, pero estoy contenta de haberles dado un lugar.
¿El título del libro llegó antes, durante o después de escribir el libro?
Esa frase llegó antes que existiera el libro, es parte de otro libro que se llama “Postal Nocturna”. En ese contexto se refería a todas las versiones y voces interiores que tenemos las mujeres: la dramática, la escéptica, la sabia, la puta, la buena, y cómo todas las que somos se concilian durante la intimidad de la noche… La frase luego la usé en un cuento, el último de este libro. Fue mi editora quien se fijó en ella y me sugirió que se llamara así, porque une y reivindica a todas las mujeres y los estados de este libro.
¿Cómo diferenciarías la experiencia de escribir cuentos comparada con el resto de tus experiencias literarias?
Cada libro es una etapa distinta de la vida y por lo mismo el proceso creativo ha sido único en cada caso. Quizás este es con el que más he peleado, quizás para mí es más cómodo trabajar dialogando en coautoría con otros escritores o artistas, aquí me estaba tirando a la piscina sola. Y me encantó hacerlo.
Great article and interesting, thank you for sharing.
El libro llegará a Concepción? si es así, ¿dónde?