VAR

El VAR y el fútbol en la Copa Confederaciones: ¿Fin de la emoción?

¿Justicia o el fin de la emoción del fútbol? Nos anularon un gol y rectificaron uno que, en un principio, habían anulado. Seguro el VAR será el protagonista de esta Copa Confederaciones para bien o para mal.


por Emilia

Tal como las molestas vuvuzelas marcaron el mundial de Sudáfrica 2010, el Video Assistant Referee (VAR), sin dudas, será el protagonista de esta Copa Confederaciones, con todos sus pros y contras. El partido de Portugal con México bien podría haber terminado con el triunfo de los portugueses, si no hubiera sido por la anulación – correcta, por lo demás – del primer gol en el partido del domingo. Luego, en el partido de Chile con Camerún, sin el uso del VAR hubiéramos terminado de igual forma 2-0 (obviamente considerando únicamente los goles marcados y anulados), sin embargo, ahora ni siquiera podemos gritar los goles con tranquilidad porque, prácticamente, hay que esperar que lo corroboren desde la caseta: rarísimo.

Tengo sentimientos encontrados con el VAR. Por un lado, Chile ha sido históricamente víctima de penales mal cobrados, goles mal anulados, que han afectado una historia futbolística que quizás podría haber sido diferente (pienso en el penal que nos cobraron contra Italia en Francia 98 y que significó que el árbitro Lucien Bouchardeau fuera expulsado del mundial y alejado para siempre del fútbol), pero también nos ha favorecido: solo quienes seguían la transmisión televisiva pudieron ver, en vivo y en directo, y en HD, el dedo de Jara a Cavani en la Copa América. Bien podría haber cambiado el curso de ese partido, pero no fue así.

Es extraño porque, estando en el estadio, se entienden muy poco las sutilezas. Ahora en Rusia hay transmisión de los partidos por pantalla gigante, pero no se explica cuando está en funcionamiento el VAR, así que los hinchas gritan, celebran, hasta que ven que algo raro pasa en la cancha. En el partido de México con Portugal, el árbitro pidió VAR en un gol que estaba clarísimo, dejando a los jugadores e hinchas con el grito de gol ahogado. Lo mismo con el segundo de Chile, en el que Vargas no sabía si correr, celebrar o mandar una buena chuchada por la anulación.

¿Más justicia? Sí, es posible. Pero también extraño tener que esperar a que ratifiquen los goles para gritar y celebrar. Ojalá sea un apoyo y no una mala experiencia. Veremos.

¿Qué les pareció a ustedes?

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One comment

  1. De verdad que es ponerle mucho.. no sé, no me gusta el futbol asi que no ecuentro porque tanta patatela con el aparato ese, ni veo la gravedad de quedarse con el gol atorado.

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