El gesto vivaz de Cartier-Bresson en el Centre Georges Pompidou

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por Claudio

La exposición de Cartier-Bresson se inauguró con nieve y grados bajo cero; y aún en plena primavera, miles de personas de todos los países seguían haciendo largas filas para ver la más completa retrospectiva de este gran fotógrafo francés.

Las imágenes que tenemos de París, de sus calles, de sus artistas, de sus barrios bohemios son responsabilidad de este artista. Porque Cartier-Bresson representa el alma francesa en todo su esplendor.

Gracias a su trabajo de fotoperiodismo –el más difundido a través de las revistas- muchos pudieron vivir la coronación de Jorge V de Inglaterra (el padre de la actual Reina), desde los ojos de los súbditos; asistir al funeral de Gandhi o padecer la fiebre del oro en Shangai. Él con su gesto vivaz, sus pasos cortos y su disimulo al fotografiar capturaba el momento preciso en que se producía un hecho clave. Así, casi al final de la muestra, lo dejaba registrado un video –una película, mejor dicho- que lo sigue en su trabajo. Mira inquieto, se escabulle y dispara.

Y en ese click, se registran las protestas de mayo del 68, el trabajo de los esclavos en las colonias francesas en África (una serie notable), los retratos de filósofos y escritores franceses, las vitrinas de las tiendas de moda, las calles de París, Barcelona o Moscú; o las familias de la clase trabajadora, disfrutando por primera vez en la historia, de sus días de vacaciones pagadas.

Esta exposición reúnía cientos de fotografías, cartas, dibujos y películas (fue asistente de cine en una época y digirió tres películas) que realizó. Mención aparte merece su trabajo en color: aunque él prefería el B/N, este visitante se deleitó con una pantalla que mostraba diapositivas de sus viajes exóticos y de su trabajo para la revista Life. Todas fotografías espléndidas, emocionantes y vivas como la retrospectiva total.

Foto: ©Instagram Claudio Aravena

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