por Joce Acuña
Hace un par de años llegué a un libro llamado “El curioso incidente del perro a medianoche”. Me acuerdo que apareció en los gustos de alguien en Facebook, al día siguiente me lo topé en la librería y lo compré sin saber de qué se trataba. No leí la contratapa ni nada, sólo empecé a leer…
El protagonista, y quien nos lleva por la historia, es Christopher, un adolescente de 15 años que se sabe todas las capitales de los países del mundo y recitar todos los número primos hasta el 7.507. Lo único que quiere, es descubrir quién mató al perro de su vecina. Él sabe más que todos, pero tiene problemas para relacionarse con el resto: tiene síndrome de Asperger, “trastorno del comportamiento que afecta la capacidad de socializar y comunicarse correctamente”.
Cuando empecé a leerlo, me convencí -al fin- de que somos unos complicados para hablar y expresar lo que sentimos… Y finalmente me llevó al curioso incidente de intentar entender cómo diablos nos comunicamos entre sí. Ese fue mi resumen del libro cuando terminé de leerlo, y que de hecho tuve hace poco la oportunidad de ver su versión en las tablas bajo la dirección de Aranzazú Yankovic: ¡un lujo de obra! Muy bien adaptada, y que ojalá vuelva al teatro para que tengan la oportunidad de verla.
Después de eso se me vino a la mente lo egoístas que somos en muchas ocasiones cuando nos topamos con alguien que actúa de manera diferente… Y no sólo a nivel mental: recordé una vez que unas chicas sordomudas me preguntaron en Escuela Militar cómo llegar al Parque Arauco y apenas pude intentar decirles cómo.
A nivel mundial, se estima que tiene una prevalencia de casi 4 cada 1.000 niños de acuerdo a datos de la Red Salud UC, y que es más frecuente en niños que en niñas; no tiene cura, sólo ayuda multidisciplinaria para una mejor integración. No menor, en Chile son cerca de 58 personas quienes tienen Asperger.
Es uno de mis libros favoritos, me encanta como el personaje principal se enfrenta a situaciones que para la mayoría no son un desafío como por ejemplo tomar el metro,.
Qué mal redactado el texto!
Ojo con las definiciones, persona “sorda”, si eran sordomudas difícilmente se pueden comunicar.
A modo de integrr, te comparto un texto de ASODISPRO: Personas Productivas con Discapacidad
Sordomudo, sordomuda:
Persona que tiene algún tipo de sordera o hipoacusia y a su vez tiene mudez. Es decir que está privado de la facultad de expresarse verbalmente debido a alguna limitación en el aparato fonador. Muchas veces equivocadamente se denomina a las personas con sordera personas sordomudas, debido a que al utilizar la lengua de señas no utilizan su voz. Eso no significa que no puedan utilizarla. La mayoría de las personas sordas, utilizan su voz, solo que a veces no enfrente de personas oyentes (cada uno teniendo sus motivos particulares). En la actualidad, el hecho de que nos denominen personas sordomudas, muchos de nosotros lo tomamos como un insulto, pero también comprendemos que esto sucede por ignorancia.
saludos!
Gracias por la información, Sandra. Nunca está demás aprender algo nuevo. En esa oportunidad ninguna de las dos chicas me habló, una de ellas recuerdo que moduló.
Disculpa si causó ofensa, pero tal como tu dices, pasa por ignorancia y lo asumo.
Saludos!
Excelente libro! Pero que mal redactado el texto. En último párrafo creo que vuelve a referir se al Asperguer y tengo la impresión de que la cifra de 58 personas con Asperguer en Chile está mal, ¡solo en el colegio donde trabajo hay 6!
Sí, al final lo que más me quedó dando vueltas fue eso de las 58 personas con Asperguer…
Me hubiese gustado ver la obra de teatro! me acordé que hace un montón de años me lo recomendó Pablo Illanes en una firma de libros o algo así. Creo que me voy a animar a leerlo de nuevo.
Saludos!
Además que síndrome de asperguer ya no es el diagnóstico correcto, ahora se incluye dentro de los trastornos del espectro autista, falta muchísimo por educar aún. Fuera de eso es un libro lindisimo, lo amé cuando lo leí.