El concierto de los Rolling Stones en Chile 2016

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por @patyleiva, foto: Cux

Fuimos con mi amiga Cux a ver el tan esperado concierto de los Rolling Stones, y sin darnos cuenta, nos instalamos justo en el lugar en el que terminaba la pasarela por la que Mick Jagger se paseó toda la noche. Podemos dar fe de su extrema vitalidad en el escenario. ¡Qué manera de moverse!

Todo lo que uno puede decir de esta tremenda banda puede sonar redundante, porque Rolling Stones es sinónimo de rock verdadero, de historia y calidad musical, de influencia innegable en infinidad de creaciones posteriores a su aparición en los años sesenta. Por eso era tan emocionante verlos, además de que han estado presentes donde toda nuestra vida, marcando y generando momentos con un amplísimo repertorio de canciones que nos han tocado de una u otra manera.

Mick Jagger habló en un esmerado español tirando comentarios divertidos como la observación sobre los nuevos edificios fálicos que no había en Santiago la última vez que vino y que hoy invaden la ciudad. Contó que habían hecho muchos paseos culturales: visitaron la casa de Neruda, fueron a café con piernas y adoptaron cuatro quiltros “¿nos falta algo por hacer?”, dijo generando las carcajadas y adoración del público.

Cuando yo era chica recuerdo haber leído en alguna revista que hablaban sobre Mick Jagger como “carismático y extraño con el público”, pero yo hoy cambiaría lo de extraño por entregado. Amé cada paso de baile y alabo su continua interacción con el publico presente, cada chaqueta que ocupó y su perfecta performance vocal en el escenario. Merece por todos lados su nivel de realeza del rock como un frontman que sentó las bases del cómo desenvolverse en el escenario, al nivel de Freddie Mercury y David Bowie.

El concierto partió con Start Me Up y el estadio (repleto de todas las generaciones posibles) explotó de felicidad junto a los fuegos artificiales y todo se volvió una fiesta.

Cada canción era un himno, hit tras hit la noche fue avanzando maravillando a la audiencia. Mis puntos más altos de felicidad fueron Jumpin’ Jack Flash, la preciosa Wild Horses, Simpathy For The Devil y toda su parafernalia demoniaca (símbolos rojos y negros y una capa peluda del mismo color acompañaron a Mick durante la canción), y el bis que nos sorprendió con una hermosa intro del Estudio Coral de Santiago para You Can’t Always Get What You Want y el broche de oro final de (I Can’t Get No) Satisfaction en un concierto inolvidable. Impresionante fue también conocer la poderosísima voz de Sasha Allen, quien acompañó a Mick Jagger especialmente en Brown Sugar y Gimme Shelter. Un verdadero lujo.

Ronnie Wood -presentado por Jagger como el modelo original del pilucho del estadio- se entregó en cada canción luciendo además el más espectacular vestuario (quiero toda su ropa) partiendo por sus hermosos zapatos color rubí. Keith Richards, regalón de muchos, cantó You Got The Silver y Happy, conmoviendo al publico con su sonrisa y agradecimiento, mientras Mick se ausentó del escenario para, imagino, descansar un rato de su intensa labor. Charlie Watts, impávido como siempre, por supuesto que no perdió jamás la compostura, dejándome la tremenda inquietud por saber qué es lo que hace que un Dave Grohl se desarme entero en la batería mientras que un Charlie Watts no curve siquiera la espalda o modificar el gesto de su cara.

Mick Jagger es un rey, sexy a morir en cada estudiado (¿o no?) movimiento, porque en él, hasta caminar es un suceso.

Lo que más me emocionó de todo lo que vi fue poder ser testigo del trabajo de grandes creadores que en sus setentas siguen haciendo a la perfección el arte para el que nacieron, entregándolo sin medida en su plenitud. Hacen que den ganas de llegar a esa edad, y a la vez contribuyen en el respeto que les debemos a los que nos duplican o triplican la edad, como lo hacen las sociedades más evolucionadas y el que, para mí, sería un mundo ideal de respeto a la experiencia de personas como nuestros mismos padres, que coexisten y se retroalimentan con la agudeza y vigor de la juventud. Creo que de esa mezcla salen las mejores cosas.

Estoy muy agradecida de la vida de haberlos visto.

Este fue el setlist de la noche del 3 de febrero 2016 en el Estadio Nacional:

Start Me Up
It’s Only Rock ‘n Roll (But I Like It)
Let’s Spend The Night Together
Tumbling Dice
Out Of Control
She’s A Rainbow
Wild Horses
Paint In Black
Hunky Tonk Women
You Got The Silver
Happy
Midnight Rambler
Miss Yoy
Gimme Shelter
Jumpin’ Jack Flash
Simpathy For The Devil
Brown Sugar

You Can’t Always Get What You Want [con Estudio Coral de Santiago]
(I Can’t Get No) Satisfaction

One comment

  1. Fue maravilloso, todo lo que se pueda decir al lado del gran concierto de los rollings en el estadio nacional queda pequeño al lado de todo lo que fueron esas mas de dos horas … son unos monstruos, talentosos y unos verdaderos rock and rolleros … igualmente agradecida de haberlos podido ir a ver

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