por Joce Acuña (@joce_a)
Quizás vi demasiado RuPaul’s Drag Race, quizás me llevaron mucho a Club Burdel, quién sabe, pero debo decir que tengo una nueva debilidad: el mundo drag. Un concepto que de hecho se remonta a Shakespeare, cuando en el teatro sólo actuaban hombres, por lo que debían interpretar los papeles femeninos. Viene del vocablo “arrastrar” por los largos vestidos que usaban.
Al pasar el tiempo, se fueron tomando los cabarets y teatros… Llegando ahora incluso a los reality shows. Este es un mundo que explota la belleza, donde los hombres no tienen miedo de tomar todo el maquillaje que puedan y crear a una persona totalmente distinta: se maquillan mejor que una, y eso es sólo porque maquillarse es tener técnica para pintar… algo que al menos yo no tengo.
Eso sí, el mismo RuPaul dice que cualquiera puede hacer “drag”: es un acto de transformación, de empoderamiento, de que tú tomes en serio tu belleza y quieras expresarla de la forma que quieras. Eso parte con quererse a sí mismx… Y cómo no creerle a quien hoy es portada de Entertainment Weekly.
Sí, hay que tener perso para tomar los medios tacos y caminar como si estuvieran en el aire, para usar pelucas más pesadas que lo que fue mi mochila del colegio, y para qué estamos con cosas: también para soportar cada cosa que les gritan siendo 2017. Go, Drag Queen Power, que al mundo le hace falta mucho glitter y personalidad para dejar la amargura de lado.
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Me encanta Ru Paul y me encanta su programa de Drag. Yo también tengo una fascinación por el mundo Drag. Es muy entretenido y las transformaciones que hacen son maravillosas.
Ojalá viviéramos en un mundo perfecto que no no te griten cosas por ser distinto a la norma, tal vez mujeres y hombres nos atreveríamos a más.