Dos llamadas con Martín Rejtman

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por Mariana y punto

El lunes recibí un mail que contaba que Martín Rejtman estaría en Chile para el Festival de Cine de Viña, y como acto reflejo respondí para ver si había posibilidad de entrevistarlo; estuvo en Chile prácticamente por un solo día, y tuve la oportunidad de hablar por teléfono unos minutos antes y otros después de que presentara su película Rapado ante el público en el FICVIÑA.

Recibí el llamado mientras iba caminando por la calle y, donde pude, me senté a tomar nota de lo que me iba respondiendo este guionista, director, escritor de libros de cuentos y autor de un sutil y tan gracioso sentido del humor.

¿Cómo decides qué historia servirá para cuentos o para el cine?
Es una cuestión de tiempo más que una decisión, porque escribo los cuentos entre las películas; hacer una película lleva mucho tiempo y uso ese tiempo para escribir literatura.
De por sí soy lento para hacer todo esto, no soy un escritor automático, cada relato tiene un proceso de producción larga, la historia va apareciendo cuando voy sumando una escena detrás de la otra. Cuando empecé los cuentos estudiaba cine, y podía filmar un guión por año o menos inclusive, pero también tenía más ideas y no las iba a poder filmar nunca.

¿Hay un formato que te guste más que otro?
No escribí novelas porque escribo los guiones, son un poco mis novelas; pero me encanta la literatura y es un placer más inmediato que en el cine, la película recién se puede apreciar cuando hay un público mirándola.

¿Es cierto que no todas tus películas son intencionalmente comedias?
Los guantes mágicos fue la primera que era comedia, mientras con Dos disparos quise hacer lo contrario: partí con una situación dramática y extrema, pensando que nunca se iba a convertir en una comedia, pero fue apareciendo el humor y no lo puedo evitar. Me da mucho placer escribir esa situaciones.

¿Por qué no querías que fuera comedia?
Son desafíos que uno se pone… Siempre tengo un punto de partida que si se tergiversa no importa, muchas veces lo que se plantea al principio no siempre se respeta, pero es necesario el estímulo inicial.

¿Te acuerdas de cuál fue el punto de partida de Silvia Prieto?
Sí, era la idea de que había dos personas que se llamaban igual, porque tenía una amiga que era actriz se llamaba igual que otra mujer que también trabajaba en cine. Lo escribí ya pensando en los actores que la iban a interpretar y quería poderla filmar sin esperar el proceso de financiación, con poco presupuesto. Tardó mucho tiempo el rodaje porque rodábamos sólo en fines de semana pero como era entre amigos era posible -no fácil.

¿Qué películas que has visto te han cambiado la vida?
No se sí cambiado la vida, pero vi películas con las que sentí identificación y en ese sentido me cambiaron la vida porque sentí que había encontrado un lugar. Con algunas películas de Ozu y de Bresson sentí absoluta empatía. Obviamente no podría haber hecho esas películas porque no tengo ni una pizca de ese talento, pero sentía que lo podría haber dicho si tuviera el talento, nada me parecía fuera de lugar. Y claro que tiene que ver con el momento de haber visto por primera vez una película de ellos, la sensación de la primera vez.

¿Cuál es tu relación con internet?
Internet es distractivo. Por ejemplo estuve en una residencia sin internet y produje un montón, para el trabajo no es muy bueno… Me saqué un Facebook hace un mes y no lo uso mucho, lo uso sólo para postear links de la película nueva.

¿Y qué te parece internet como soporte para las películas?
Me parece que el cine sería bueno que se siga viendo en salas de cine porque siempre está la relación entre la película y los espectadores y el resto de los espectadores, ver una película en casa es otra cosa, la sensación es diferente. Me parece que es el reemplazo de la televisión, pero no reemplaza al cine.

¿Cómo escribes?
Siempre tengo libretitas conmigo y después esas notas las vuelco en la computadora -como decimos nosotros- y así voy organizando las cosas, hago mucho copy paste como si fuera el montaje de una película, hago lo mismo con los textos, al principio juego con eso y cuando encuentro una dirección voy avanzando cronológicamente. El final siempre es algo particular porque, sobre todo en literatura, el final va apareciendo… me pasó en el último libro que seguía fluyendo la escritura y el final tardaba en aparecer. El final es fundamental, que sea un poquito revelador pero no demasiado y re-significa lo que se leyó. Mucha gente dice que mis cuentos no tienen finales, que paraba de escribir cuando me cansaba, pero para mí es como el momento más importante de un cuento, los principios y los finales son fundamentales siempre.

¿Las notas las pasas en limpio altiro o las vas acumulando?
Ahora tomo notas cada tanto, en algún momento me sentare y las leeré, a lo mejor en un mes cuando deje de viajar tanto, y ahí veré si hay algo de eso que me sirve. Cuando ya estoy en proceso las vuelco inmediatamente. Siempre estoy comprando libretas, igual dicen tonterías, a veces ni me entiendo la letra porque a veces escribo mientras camino, a veces en el cine cuando no hay luz y escribo arriba de otra…

¿Te puedo pedir algo un poco raro?
Sí.

¿Le puedes sacar una foto a la libreta que andas trayendo ahora?

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