Delfina Guzmán siempre quiso estar encaramada sobre un escenario. Desde que estaba en el colegio y hasta el día de hoy siente lo mismo, una posibilidad de comunicación muy hermosa, en la que está muy sola pero a la vez con mucha gente. Esa dualidad le encantaba desde que quiso ser bailarina, cuando trabajó con Jodorowsky y cuando, ya casada y con dos hijos, entró a estudiar teatro gratis a la Universidad de Chile. “Ponlo así, GRATIS con mayúscula”, me ordena amablemente al teléfono. Nunca anticipó, eso sí, el drama familiar que desencadenaría esa decisión. “Cuando decidi se actriz la cosa se puso muy complicada porque soy señorita de familia, era muy atroz que en vez de estar preparándole el pisco sour al marido estuviera maquillándome para la función”.
Pero Delfina, que nunca ha medido riesgos, se dejó llevar por el fuerte impulso de hacer teatro, impulso que la tiene hasta el día de hoy encaramada sobre un escenario, interpretando a una mujer inspirada en la abuela de Rafael Gumucio en su obra La Grabación.
La Grabación hace un recorrido por la historia de una mujer y la de Chile. ¿Cómo describiría la identidad chilena?
Uno de los tantos méritos que tiene la obra -que es preciosa- es ubicar en un personaje toda la contradiccion que existe en las chilenas, sobre todo en la mujer chilena que tiene una perspectiva de futuro intuitiva y muy interesante sobre el devenir del pais. Conviven con facilidad actitudes contradictoras, fascistoides, conservadoras, con un descubrimiento al mismo tiempo muy libre, muy abierta y muy dispuesta al cambio.
¿Se identifica con esa contradicción?
Absoultamente.
¿Cree que ha cambiado la sociedad en cuanto a la visión de la mujer?
Ahora es nada que ver, ¡ha cambiado! Ha cambiado una parte de ese mundo, pero hay otro que sigue igual, inamovible, con actitudes de piedra, que es lo que podemos ver en ciertos politicos…
¿Qué acontecimientos históricos han marcado su propia vida personal?
Muchas cosas… el nazismo, cuando me di cuenta a los 14 años lo que pasaba en Europa y en mi familia no se asumía como tal. Me di cuenta en el colegio cuando me encontré con una compañera judía. También el Golpe de Estado, un horror imperdonable. El proceso democrático ha sido interesante, con altos y bajos. Me ha conmovido la paz.
¿Qué relación tiene con la repetición en las obras de teatro? ¿Es cada función distinta?
La rutina es preciosa, además nunca es igual, todos los públicos son distintos, en cada función estás con un ánimo distinto. Yo soy la reina del cambio, no hay nada que me guste más que el cambio; en el teatro hay repetición de los textos pero no de lo que ocurre en el escenario. Me encanta ir al teatro, a mis niños desde muy chicos los llevaba y les decía que si se aburrían era lo mejor que les podía pasar, porque podían pensar en otra cosa.
¿Con sus nietos se dan conversaciones como la de La Grabación?
Las conversaciones más enriquecedoras -y no sólo las conversaciones, las vivencias- son con mis nietos. Más que con mis hijos. Con estos cabros de 25 – 30 años salimos juntos, vamos al teatro, nos vamos a ver, somos uña y carne, es una locura. Con los nietos y las nietas, y tengo bisnietos tambien, el mayor tiene 18 años, le dije que cuidadito con hacerme tatarabuela así que le regalé un paquete de preservativos para que tuviera mucho cuidado.
¿Cómo eran sus abuelas?
Mi abuela paterna era muy cómica, fuera de lo comun, con sus propias ideas, una mujer que quedó sola, murió su marido cuando era muy joven y tenía 7 hijos, 6 hombres y una mujer. Era alerta, despierta, y muy graciosa. Por ejemplo me acuerdo una vez que habíamos salido en Viña todos en auto a dar una vuelta y mi mamá le preguntó muy educadamente “como está” y ella le dijo “me aburro en todas partes, ahora por ejemplo estoy muy aburrida”. Mi abuela materna fue una esclava de su marido, senador por Talva y el sur, conservador, patriarca, todo lo que yo detesto. Pero era muy buenmozo.
Dice que es una señorita de familia. ¿Cuáles son las actitudes más cuicas que tiene hasta el dia de hoy?
A mí todo el mundo me identifica como pituca y creen que me va a molestar y a mí me encanta ser asi, me gusta el refinamiento, esas actitudes como de abanicarse con la opinion de los demás.
¿Ve tele?
No mucho. Me paso muy metida en los estudios, entonces aspiro a respirar el aire libre y mirar el paisaje chileno, estoy enamorada de este país, es lo más hermoso, me encanta. Vivo un poquito encerrada y me gusta estar al aire libre, cuando voy al canal siempre le pido a los taxistas que me lleven por el cerro San Cristóbal. También me gustan los animales, Animal Planet es lo que más veo.
¿Tiene mascota?
No, adentro de la casa los animales lo encuentro atroz, eso de que sean como parte de la familia, no me gusta. Me gustan los animales sueltos en el campo, en el bosque, pero en la cama de la gente me carga.
Excelente entrevistada, pero siento que la entrevista daba para mucho más.
Esta sra es ídola! Lástima y sorpresiva la cantidad de motes en la nota.
Me carga esta señora, falsa doble estandar.
me carga esta mujer, doble estandar, sobreactuada y falsa.
me carga…
La obra es excelente, es un lujo poder ver a Delfina Guzmán y a Elisa Zulueta juntas, nos permite a aquellos que al día de hoy no tenemos a nuestras abuelas en vida, podamos revivir aquellos momentos de complicidad, ya que es fácil reflejarse en detalles de las escenas por la interpretación de ambas actrices.