¿Dejar para mañana lo que podría hacer hoy?

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por lucy

Por más que lo intente, soy incapaz de no dejar para mañana lo que podría hacer hoy. Todas las mañanas empiezo mi día con una lista de pendientes, pero son muchas las veces en que la mayoría de los pendientes quedan para el día siguiente. Y después para el siguiente. Y así.

No es algo que me enorgullezca, pero tengo que aceptar que es una realidad: soy una chilena promedio que sólo logra terminar a última hora, cuando no queda otra. Cuando ya no se puede dejar más para mañana.

Tengo que aclarar, eso sí, que no soy una persona floja, aunque a veces me sienta como tal. Si lo pienso, me considero una persona bastante trabajadora; me gusta mucho lo que hago, tanto que ya casi no puedo separar lo que es trabajo de lo que es placer en mi vida, difícilmente me desconecto por completo cuando estoy de vacaciones, y creo que siempre he estado involucrada en algún proyecto solo por amor al arte.

Pero, pese a ser trabajadora, muchas veces bromeo con que no soy una verdadera mujer porque no tengo el don de poder hacer dos cosas al mismo tiempo, y siempre hay algún momento del día en el que digo “filo, mañana termino”.

Cuando estudiaba, me acuerdo que era un clásico ese momento de la noche en que me quedaba dormida sobre mis libros y cuadernos, y me prometía a mí misma despertarme al alba del día “siguiente” para ahí seguir estudiando. Dejando para mañana lo que supuestamente podría hacer hoy.

Pero hay veces en que simplemente no se puede, el día solo tiene 24 horas, y quizás el verdadero problema es creer que se pueden hacer cosas para las que el tiempo no alcanza. Y dejar algunos pendientes para el día siguiente quizás no sea tan terrible.