Daniel Radcliffe estuvo una hora de recepcionista en las oficinas de la revista Nylon sin que nadie supiera. Es muy divertido verlo complicado al no saber qué hacer –cuando efectivamente tenía que hacer cosas de recepcionista– y todo lo que le decía la gente: “tienes lindo pelo”, “amé tu trabajo en Harry Potter y tu obra del hombre-caballo, aunque esa no la vi”, “eres de las oficinas de Inglaterra?”, “esto es raro”, “podemos sacar una foto? actúa como si estuvieramos trabajando”. Terminó estresado. “Viene gente y tienes que saber lo que quieren! Es aterrador”. Adorable.