Dani Ride

Dani Ride por Drama Pop, su tercer disco: “No le debo nada a nadie, me debo a mí misme mostrarme como soy”

Dani Ride publicó su tercer disco y hablamos con él sobre esto que se debía, la interseuxalidad, el evangelio y la identidad. Te amamos, Dani.

Dani Ride

Por Belén Leyton

Dani Ride publicó su tercer disco. Se llama Drama pop y es sumamente pop, pero también muy social. Lloré la primera vez que lo escuché completo y también cuando conversé con Dani y su sombrero rosado. Eso sí, no significa que absolutamente todas las canciones sean para llorar, también puedes divertirte y pasarla bien y bailar y ser una drama pop.

Tal vez esta sea una entrevista intensa, pero ojalá te ayude en algo. Recuerda que quién eres jamás es un problema y busca rodearte de personas que te hagan bien.

Dani, después de un suspiro, me dijo que es un disco que se debía: “He dedicado muchos años a hacer caso a lo que me han dicho que tengo que hacer y Drama pop es todo lo opuesto. Es la desobediencia a esas voces externas y la obediencia a mi propia voz. Lo que yo quiero decir”.

—¿Por qué?

—Durante muchos años estuvieron diciéndome que hiciera tal estilo de música o que este otro me quedaba mejor. Y cuando saqué mi primer disco, sentí que nadie me tomó en cuenta, que me ignoraron. Muchas veces me encontré con hombres de la industria que me dijeron que nunca me iba a ir bien con esa música porque sonaba y me veía muy maricón. Entonces, eso produjo una depresión en mí.

Y el segundo trabajo discográfico es el resultado de esas voces. Solté mi discurso y dejé que otras personas hicieran lo que quisieran con mi voz. Ya no me importaba, lo único que quería es que me tomaran en cuenta y hacer música. Y al parecer la mía no funcionaba…

Pero Drama pop es la contrarespuesta a esas dos situaciones anteriores. No. Ya no más que me definan otras personas. Ya no más que las voces de estas personas sigan retumbando en mi cerebro. Aunque de seguro van a seguir siendo recordadas, pero no con esa fuerza que agarraron en mi carrera. Sino que al contrario, como un impulso para decir: tú no me defines. Tú no defines qué es lo que yo hago, qué es lo que tengo que hacer, lo que voy a hacer y lo que quiero decir con mi música.

Así que es el resultado de encontrarme conmigo mismo y hacer apología a una persona intersexual, o sea, a mí.

—¿Cuándo decidiste adueñarte de tu voz, de tu música?

—A finales de 2018 sentí que tenía que cerrar el proceso en el que todas estas personas habían puesto sus voces en mí y que esta voz empezara a sonar como mi voz más allá de lo que yo estaba interpretando. Eran canciones buenas, no me disgusta ninguna. De hecho hay algunas que son de verdad mi voz ahí como pidiendo salir pero no pudiendo del todo. A finales de 2018 dije: fin, se acabó, se acabó la época en la que mermo mi identidad y dejo menguar mi personalidad.

Y le daré cabida a lo que nunca nadie quiso que le diera: mi intersexualidad, no binariedad, discurso súper cola, a mi expresión en general, a que me gustara el rosado, a que lo pudiera mostrar sin ninguna vergüenza sin pedir perdón ni permiso. Porque yo no le debo a nadie nada, yo me debo a mí misme mostrarme tal cual soy y a mi público también. Yo creo que el público quiere honestidad, necesita más que nunca honestidad y también referentes.

Yo me crié sin referentes prácticamente, y los referentes que tuve como Juan Gabriel, Raphael, Cecilia la Incomparable, Celia Cruz que me encantaban y quería ser como ellos, siempre tenían este discurso medio escondidito de la comunidad. Que no, que ellos no eran gays, no eran lesbianas y no sé qué cosa y era un poco confuso para mí tener esos referentes. Hubiera sido hermoso poder tenerlo claro porque me hubiera podido criar sabiendo que eso era normal.

Y eso quiero entregarle a las nuevas generaciones, quiero entregarles a un Dani Ride sumamente cola que se jotea a hombres porque le gustan tanto los hombres como las mujeres, pero discursivamente estoy ocupando el sexo masculino porque eso es lo que está castigado en esta sociedad. Y le voy a dar con eso.

Nacide en cuna de oro

—Dijiste que te hubiera criarte con estos referentes y tu familia es cristiana…

—Mi familia es evangélica cristiana, sí

—¿Cómo fue crecer en eso?

—Esta pregunta es difícil porque me emociona. El otro día estaba el documental de Colonia Dignidad y no pude seguir viéndolo. Llegué hasta la mitad porque así me sentí, como un lavado de cerebro.

Es fuerte porque muchas personas que crecen en estas comunidades y estas religiones con estas creencias son víctimas de un sistema que les hace negarse a sí mismes. Y a mí me negaron hasta este año la posibilidad de saber de mi intersexualidad. Mis padres me lo comentaron este año por primera vez, aunque yo sabía, tenía la intuición demasiado grande. Pero se me negó información de mi existencia y por otra parte, todas las personas que yo conozco que pertenecen a estas religiones, se les niega su individualidad. Y es fuerte saber que aún existe mucha gente a la que se le hace ese daño. Aunque no se dan cuenta y para ellos es lo mejor que les ha pasado en sus vidas porque es de donde les enseñaron a sostenerse. Pero salir de ahí fue liberador y fue salir de un infierno.

En una canción del disco, Infernodaga, narro que el infierno que me pintaron era en realidad mi cielo y que yo salí de un infierno.

—¿Cómo fue que te contaron que eres intersexual?, ¿cómo lo tomaste?, ¿por qué creías saberlo?

—Recuerdo que a los tres años me operaron de los “testículos” y tengo un tajo que me lo recuerda todos los días. Un tajo bien grande. Y cuando le preguntaba a mis papas desde mi infancia y mi inocencia sobre esta cicatriz, me decían que era una operación que se les hace a todos los niños.

Pero al mismo tiempo recuerdo las peleas de mis papás. Cómo mi papá le recriminaba a mi mamá que me criaba como una niña y no como un niño, que el pelo lo tenía más largo. Siempre era un tema mi pelo, siempre era un tema que pararan a mi mamá en la calle para decirle que su hija era preciosa, siempre fue un tema que en el colegio me decían que parecía una niña, que hablaba como niña, que cantaba como niña.

Eso por supuesto hacía que me hicieran un bullying descarnado. Mucha gente dice que los niños son inocentes. Y no, los niños no son tan inocentes, los niños hacen tanto daño que pueden generarle traumas gigantes a otres si es que no se les cría y educa como corresponde. Por eso yo soy muy partidario de la educación sexual integral desde pequeñes, porque eso incluye y muestra que somos muy diversos y distintes cada uno.

Todo eso siempre me pesó mucho. Pesaba mucho esta ambigüedad que yo no entendía. En mi adolescencia, cuando todos mis compañeres estaban desarrollando, yo no estaba desarrollándome como los hombres. De hecho, me empezaron a crecer las caderas, tenía un trasero bastante más grande, piernas grandes, una cintura chiquita y no crecía más. Entonces mis papás me empezaron a dar las “pastillas del crecimiento”, así se les decía en mi casa a las hormonas. Y así me desarrollé.

Y de alguna u otra forma siempre sentí que se me negó en todas partes. Y suena duro tal vez, porque suena como si fuera una teleserie mexicana, pero en parte sí lo fue. Yo siento que a mí se me negó mi infancia, mi adolescencia. No la viví. No me permitieron vivirla saludablemente. Fue muy difícil.

Y bueno, de repente empecé a sentir esta cosa de nuevo y pensé que algo raro había. Entonces, empecé a informar a mis papás de la intersexualidad, que aún sabiendo que yo había nacido con dos ovarios, no tenían idea qué era. Y este año mis padres se atrevieron a decirme que sí, que yo nací con dos ovarios y la genitalidad masculina. Fue fuerte saberlo, pero fue liberador también y sentir ufff, soy yo, al fin entiendo quién soy, ahora entiendo tantas cosas que me pasaron cuando era niñe, adolescente y más grande.

Y nunca voy a juzgar a mis padres, por supuesto, de haber decidido silenciar, porque a las personas que no tienen información y que ignoran cosas, incluso de sí mismes, cómo les vas a pedir que le entreguen eso a otras personas, está un poco difícil. Entonces, yo les agradezco a mis padres por su honestidad y todo lo que han hecho por mí para que yo haya vivido de la forma más sana que pudieron darme. No pudieron hacerlo mejor.

Y el disco está centrado en todo eso, cuenta todas esas historias: las historias de mi infancia, mi primer amor, mi adolescencia, mi salida del closet. Y siempre voy a seguir contando esas cosas.

—¿Te sientes un referente? ¿Hay personas que te han dicho que les has ayudado?

—Es cuático que la gente me escriba para decirme que formo parte de su vida y que de alguna u otra forma coopero para que puedan soltar cosas, atar cabos y que referencio su existencia en este planeta. Es fuerte leerlo y cada vez que me lo escriben, siempre lloro. Soy una persona súpersensible jiji, creo que se nota. Es precioso.

Me siento un referente y quiero serlo, lo decidí. Con este disco en particular dije que no voy a seguir ocultando información, no voy a seguir negándole, como me negaron a mí, la información a las personas. Si yo tengo información se las voy a dar, con mi música y con mi vida. Y espero que le llegue a la gente y que cada vez sean más, porque estoy segure que lo que yo estoy dando es lo mejor de mí y, por otra parte, también va a hacer sacar a otras personas lo mejor de sí mismes.

Puedes seguir a Dani Ride en Instagram: @daniride.

2 Comments

  1. Dani es siempre impactante se escuchar, de ver y de escuchar, que lindo leerlo. Me hace sentir parte de su historia. Sin duda un artista que merece el reconocimiento de todo el país, espero que se vaya a Mexico para que le pase como Mon, que era otra artista que siempre fue impactante pero demasiado incomprendida y menospreciada y me pasa parecido con Dani, definitivamente un artista más que solo una cara bonita y una voz maravillosa, escucharlo en vivo es increíble, saludos

Comments are closed.