por Lala, foto: Mariana y punto
La conocimos porque hace poco ganó el premio For Women in Science, entregado por L’Oreal y UNESCO a la excelencia de mujeres en el área de las ciencias y la investigación. En esta versión fueron dos las chilenas galardonadas, una de ellas Yenniffer Ávalos, quien actualmente está realizando la tesis del doctorado de Farmacología en la Universidad de Chile. Con 27 años, se dedica a la docencia y a los estudios del cáncer. Para ella, trabajar en un área poco explorada, donde se sabe poco y, sin embargo, tiene tanto impacto en tantos niveles en Chile y el mundo, es apasionante.
¿Qué querías ser cuando chica y cómo llegaste a la ciencia?
Cuando era chica quise ser todo, como todos los niños. Lo único que no quise fue ser monja jajaja, pero me entusiasmaba todo. En mi casa había enciclopedias y las leía porque me gustaba leer. En el colegio seguí la línea humanista, no hice el científico porque no me gustaba la física. Mi mamá era una farmacia ambulante, tomaba hartos remedios y siempre tenía solución. Por ahí me gustaba la idea de entender para qué servían los fármacos. Estudié música entre medio, y no era de las que decía que nació para dedicarse a esto. Las cosas se dieron y ya en segundo año de la carrera de Química y Farmacia me acerqué más a la ciencia y la docencia.
¿Cuál fue tu primer-primer trabajo?
Trabajé con mi tío. En mi familia todos son comerciantes y tienen locales de venta al por mayor en Meiggs, en la calle Bascuñán Guerrero. Mi tío tenía un local de artículos de temporada, libritos para pintar para niños, ese tipo de cosas. Tenía como 13 años cuando empecé y después trabajé con mis papás, aunque ahí ya no era opcional jajaja. En el verano teníamos que trabajar con mi hermana. Trabajábamos en diciembre, que es un caos, en enero y salíamos en febrero.
¿Qué música se escuchaba en tu casa cuando eras chica?
Era una mezcla. Por un lado, a mi papá le gusta mucho la música clásica desde siempre. Nosotras con mi hermana pasábamos gran parte del día con mi nana, y ahí escuchábamos una música como para hacer aeróbica y esa era la música de fondo para la tarde. En el auto mis papás ponían música muy antigua. A mi mamá le gustaba Javier Solís. Si pones hoy la radio Imagina, me sé todas las canciones porque es el tipo de música que escuchaban mis papás.
Danos una buena picada o dato.
Para comer – que es algo que disfruto mucho – diría que el Da Noi, aunque no es tan ‘picada’ porque es un poco caro, pero es un buen dato. Las tortas del Café Colonia también. La galería comercial Juan Esteban Montero donde, si no me equivoco, compré DVDs de series antiguas (nota: la galería está ubicada en Huérfanos con San Antonio y en la entrada se puede ver un mural poco conocido de Nemesio Antúnez y sus mosaicos en el piso).
¿Qué mujeres de tu vida te han marcado y en qué aspectos?
Las mujeres de mi familia: mi mamá, mi hermana y mi nana. En distintas cosas: mi mamá, por la tolerancia. Ella es una persona muy tolerante y muy alegre, es realmente una buena persona. Es muy fuerte, de soportar muchas cosas, entre eso nos soporta a todos nosotros, que no es fácil. Mi hermana tiene esas mismas características, es muy tolerante, y de alguna forma te transmiten tranquilidad y paz. La doctora con la que trabajo en Fisiología, Jenny Fiedler, de la Facultad de Química, a nivel personal, rescato las ganas de hacerlo bien. Ser exigente con los demás pero medirte a ti con la misma vara.
¿Cuál es el peor prejuicio que has escuchado o has enfrentado por ser mujer y dedicarte a la ciencia?
Lo veo harto. Nadie te dice directamente “no sabes porque eres mujer”, pero pasa mucho que en lugar de preguntarte a ti le preguntan a un hombre. Al final está ese machismo de infantilizar lo que las mujeres dicen. Cualquier demanda de una mujer en un laboratorio es como de mina histérica. Si lo dice un hombre es serio, si lo dice una mujer no tanto. En general se considera más la opinión de un hombre que de una mujer.
En particular no me he sentido directamente atacada, pero pasa que tienes que demostrar el doble. Siempre se te exige más o bien te auto exiges para demostrar que eres capaz, y no debería ser.
Nombra un (o más) objeto indispensable.
Reproductor de música y audífonos. Yo uso un reproductor de mp3, no me gusta tener todo concentrado en el mismo lugar. Tengo todo disperso, dos pendrives por si se me acaba la batería de uno, dos audífonos, uno en el laboratorio y otro en la casa, por si se me queda.
¿Cuál es tu mejor manera de perder el tiempo?
Caminar. El ocio para mí es fundamental. Me encanta ir a comer, hablar. Ir a tomar algo y hablar. ¿Se nota que me gusta hablar? Ver películas y series eso me enajena. Breaking Bad la vi en tres semanas, completa. Orange Is The New Black también, las dos primeras temporadas las vi en una semana. Este último tiempo he estado estudiando pero quiero ver Sense8. Ver películas también me encanta, ayer vi Relatos salvajes. Más pierdo el tiempo que gano el tiempo jajaja.
¿Cuál es tu red social favorita?
Sólo tengo Facebook y no me gusta. Nunca subo nada. Estoy todo el día en el computador en el laboratorio, así que en mi casa me desconecto.
¿Para qué usas el celular?
Para hablar y whatsapp. Aunque más whatsapp, porque no me gusta mucho hablar por teléfono tampoco. Para revisar el mail también puede ser. Tampoco tengo el celular a mano todo el día, así que es posible que si me llaman no conteste.
Lee esta nota y más en el especial aniversario Zancada 10: CAMPEONA
Fue mi ayudante de fisiología y creo que todos pensamos que era seca, que sabía mucho y que como ella misma dice, sí, habla mucho jajaja nos llenaba con demasiada información pero toda la necesaria, es buenísima docente ^^
Buena entrevista y muy bkn la loca 🙂
Excelente, me encanto su entrevista que la muestra como una mina super normal capas de todo. Bien zancada!
¡Me dieron ganas de ser su amiga!
bacan la tipa! muy sencilla y seca!!!