Cora Groppo, diseñadora argentina: “hay que trabajar para estar inspirado”

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por Mariana y punto

Cora Groppo perteneció a una de las primeras generaciones de diseñadores de vestuario que salieron de la Universidad de Buenos Aires; ellos mismos fueron construyendo la carrera que nacía en la Facultad de Arquitectura, y con ellos se fue desarrollando la industria de la moda en Argentina con íconos como el BAF y marcas como la de ella, que hoy tiene tiendas en países como Italia y Japón.

Para el Viste Stgo 2013, Cora Groppo estuvo en Chile presentando su última colección con Sedal, y nos contó sobre cómo se inspira, cómo trabaja y la vida propia que tiene la ropa.

Tengo entendido que tu proceso al diseñar es inverso al tradicional…
A veces la gente se sorprende cuando me dice bueno y tus dibujos dónde están y yo digo “no, yo no dibujo nada”… me pasa que cuando uno dibuja se dibuja en el plano, y cuando uno trabaja en el maniquí trabaja en las 3 dimensiones, y eso es lo más acercado a la ropa. La creación no es una luz divina que te cae, es fruto de probar, de estar ahí. Para eso tener que estar hasta para aburrirte… los procesos creativos se tratan de mucha constancia. En mi escritorio no existe el computador ni la hoja, existe la tijera, la tela, el zapato metido, la horma… entendés? Es como una mesa de trabajo.

Es el maniquí el punto de partida? O la inspiración viene de antes?
No es el punto de partida, es el soporte de trabajo. Yo esta temporada que trabajé con los rinocerontes me cuelgo mirando fotos y fotos, empezás a ver el cuerno, por ahí empezás a hacer cuernos con tela, por ahí terminaron siendo unos cuellos gordos que bajan y vos no vas a ver un cuerno, pero a mí me sirvió de inspiración para hacer eso.

Cómo llega esa inspiración?
Cuando ves algo que no sabes por qué te gusta y te atrae, me encanta… a veces pasa espontáneamente, pero eso es como cuando te enamorás, cuando tenés onda con una amiga. Pero bueno a veces no pasa, a veces tienes que trabajar para que surja. Cuando te inspiraste de verdad, pensás que nunca más te vas a inspirar. Pero hay que trabajar para estar inspirado.

Cuando diseñas las prendas piensas en cómo la vas a presentar en la pasarela y en cómo la va a usar la gente en la calle?
En general cuando estoy frente al maniquí en ese momento no pienso en más que cómo le doy la vuelta a la tela, cómo la pongo; después cuando se la pruebo a alguien ahí viene “ah no hace gorda”, “deforma el cuerpo”, en esa instancia enseguida veo si conviene, si no le va a gustar a nadie o a mí, porque no hago cosas que a mí no me gustan, porque digo si a mí no me gustan por qué le va a gustar a alguien. Cuando me canso de algo, dejo de hacerlo. Por ahí no uso polleras y no hay polleras en esa colección…

Y piensas en cómo van a combinar tus prendas, cómo se van a peinar cuando se las pongan…?
Pienso en cómo presentarlos yo, pero después es soltar… cuando uno hace ropa después te puedes encontrar con alguien que dices ay qué divino que le queda o gente que dices lo contrario, pero bueno, hay que soltar y ver cómo cada uno lo interpreta: cobra una vida. Si hacés doscientas remeras, doscientas personas se la van a poner, imaginate el poco control que vas a tener y lo mejor es ni siquiera pretender tenerlo.

De los mercados nuevos a los que has llegado, hay alguno en que te ha sorprendido más que tus prendas sean exitosas ahí?
El mercado que me pareció re loco fue Japón, porque yo me imaginaba que era todo monocromático y me encontré con un Japón colorido, pop, donde todo vale, realmente es muy curiosa la cultura de los japoneses porque ellos son filosóficamente muy clásicos, y con la ropa son muy lúdicos, entonces es gracioso, es súper interesante, son muy libres con la ropa. Te llama la atención, puedes ver a las japonesas en verano con 40 grados caminando con botas de piel, a mí me pasa que en Argentina en verano me pongo unas botitas cortitas y todos me dicen no tenés calor, y allá yo creo que nadie le pregunta… salen todos maquillados, se hacen un montón de cosas en la cabeza y se ponen cosas en las uñas y del teléfono les cuelgan millones de cosas, parecen salidos de una historieta, son re fans de todo.