por Ana Paula do Brasil
El viernes pasado fui a una comida que podría ser definida como “sin fronteras”. En el grupo había una pareja de chilenos, otra formada por un danés casado con una chilena, y que tras 15 años en Nueva Zelanda, ahora viven en Dinamarca. La última era una pareja formada por un iraní que vive hace más de 40 años en Chile y su mujer, chilena, tiene el sueño de vivir en Nueva Zelanda.
El señor iraní se jactaba de ya haber conocido más de 140 países. El danés conocía algunos menos, quizás, unos 50. Y entre tantas historias y experiencias vividas, no tuve otra opción que callarme y escucharlos, envidiando e imaginando si algún día podré conocer tantos lugares.
En una anécdota, el danés nos contó que cuando vivía en Nueva Zelanda con su esposa y sus dos hijos, recibió un cuestionario para el censo demográfico del país. Una pregunta le molestó: nacionalidad de los hijos. No conforme en elegir una de las típicas opciones, escribió una nueva: “ciudadanos del mundo”.
Algunas semanas después, recibe una llamada de una persona del censo. “Señor, no podemos aceptar que escribas una opción que no está en la encuesta. Necesitamos saber la nacionalidad de sus hijos”. Él contesta: “señorita, mis hijos son hijos de un danés que vive en Nueva Zelanda. Su mama es chilena de origen libanesa, e hija de un escocés con una austriaca. Ellos nacieron en Nueva Zelanda pero en poco tiempo nos vamos a vivir en Dinamarca. Qué crees que yo podría contestar??” Y la niña dice: “hum… bueno, en ese caso, marquemos la opción “otros”.
Es impresionante como muchas veces nos resumimos a una raza, una nacionalidad, un origen, cuando lo cierto es que somos lo que somos independiente de donde nacimos o dónde elegimos vivir. Las fronteras al final acaban por limitarnos, lo digo por mí, tuve muchas crisis cuando me vine a vivir en Chile por “dejar” a mi país natal. Ahora pienso que el tiempo que perdí pensando si “vengo o no” podría haberlo disfrutado gozando la sensación de salir de una frontera, un espacio definido. Menos fronteras y más libertad, por favor.
mis primos tuvieron alguna vez el mismo dilema… no sabian como responder cuando les preuntaban por su nacionalidad ya que sus padres son una chilena (descendiente de españoles) y un italiano, pero nacieron en suecia… de hecho mi prima chica casi nació en el avión.
No estoy tan de acuerdo en que (y te cito textual): “somos lo que somos independiente de donde nacimos o dónde elegimos vivir”. Creo que las costumbres, el clima, las comidas, la forma de vivir ciertas religiones, por nombrar algunos tópicos nomás, nos diferencian unos de otros y eso es lo enriquecedor.
Ojalá hubieran menos fronteras y más libertad, en eso estoy de acuerdo. Pero te faltó menos gente agilá que se cree superior por nacer en un determinado lugar o tener un color de piel determinado.
Saludos.
Concuerdo con lo del post, el de apostar aunque sea con temor y dejar atras fronteras que a veces no atan mucho, el sentimiento de la libertad que te da al cruzarlas es muy enriquecedor, al igual que ser parte de la cultura de donde nacemos…..
Claro que las costumbres y culturas influyen en lo que somos, no rechazo esa idea, lo que digo es que muchas veces nos limitamos a esas culturas y costumbres. estoy hablando de la esencia de cada uno.
También me complicaba lo de mi nacionalidad, pero opté por ser chilena en Chile….y con orgullo.
Ahora te entendí!
😀
Sorry, el anterior comentario debe ser mio.
Ups!
Siii… complicado, mi familia también es una mezcla de nacionalidades, y unos viven en chile, otros en alemania, otros en argentina, otros en gringolandia, etc.
uyy mi familia no se que es…yo creo que chilena no más, aunque mi apellido es Veloso (muy común en Brasil y Portugal, es como Perez o Diaz aqui en Chile) y por parte de mi mamá es Moraga, que si no me equivoco es español con algo de arabe…o los moros que vivian ahi. De todas maneras, no tengo ningun pariente directo que sea brasileño, portugues o español. Que quede claro que yo me siento 100% chilena, y no estoy tratando de buscar parientes ni raices desesperadamente para irme del país y tampoco digo “mi apellido es esto” como si lo hace cierta gente que cree que por tener apellidos extranjeros es mejor o son mas importantes….cuando viví en Inglaterra me gustaba mucho hablar con la gente acerca de Chile y les contaba cosas y me sentía super orgullosa de serlo.
Creo que cuando ha vivido en muchos paises el tiempo suficiente, puede identificarse como un ciudadano del mundo, porque ha “absorbido” la cultura y costumbres de cada lugar.
Lo que si no se, es como se sentiran mis primos, su papá es danés, su mamá chilena, dos nacieron en Chile, otro en España, han vivido en Tailandia, Jordania y Egipto, estuvieron como 10 años en España y ahora viven en Inglaterra…uuff…
hmmm se supone que tu nacionalidad es donde naciste no de donde son tus padres o no?,pero tu pais es donde creciste y no donde naciste me explico?
Ana Paula, siempre leo tus posts, me gustan mucho. Soy chilena y recién me he venido a vivir a Los Angeles, USA. Me ha tocado conocer a harta gente como la que describes (con papás mixtos, que viven en países donde ninguno de los padres creció, etc.). A mi me parece bonito, como cada uno se hace su espacio y arma sus tradiciones. Creo que contribuye a darse cuenta que en todas partes hay cosas buenas y malas, lindas y feas, diferencias y semejanzas.
A mi me pasa algo parecido con eso de ciudadanos del mundo.. pero a menor escala, ciudadanos de chile se podria decir. Cuando me preguntan de donde soy nosé que decir, ya que mis papas viven en un lugar del cual yo salí muy chica, el colegio lo estudié en otro lugar del cual tb me siento parte y ahora llevo muchos años en otra ciudad.. me siento de todos esos lugares y a la vez de ninguno, creo que hecharé reices cuando me establezca con mi propia familia, pero es tan necesraio hechar esas raices? tb es rico sentir que hay un poco de ti en cada lugar
espectacular quisiera ser asi…ciudadano del mundo
Me encantó ese concepto, ciudadana del mundo.
Me complica también bastante definirme, pero creo que al fin y al cabo, Chile me encanta y con orgullo digo que soy chilena, aunque mi padre no lo sea y mi madre sólo la mitad.
Muack!
y que podamos ir a cualquier lado del mundo sin complicaciones
poetico lo de la respuesta al censo, pero exagerado. responder “ciudadano del mundo” es como poner la edad que uno siente que tiene en vez de la biologica o el apodo como te gusta que te llamen en vez del nombre legal que te pusieron. la nacionalidad es un dato objetivo como la edad y sentir que eso es “resumimos a una raza, una nacionalidad, un origen” me parece ultra exagerado.