#ConcursoZancada por Mariana y punto
Llegó a nuestras manos y ojos el precioso libro Chikijet, “memorias de una infancia ochentera”, cómic autobiográfico de la ilustradora Margarita Valdés, donde nos muestra escenas de su niñez, con varias de las cuales muchos de quienes crecimos en los años 80 nos podremos identificar y sonreír. Como guardar los cachitos de la empanada de pino para el final, las llamadas para que una grabación te dijera la hora y temperatura, la timidez ante las primeras amigas, las peleas con el hermano grande…
A Margarita desde muy niña le gustaba dibujar, escribir y hacerle dibujos a lo que escribe, pero cuenta que fue cuando hizo su primer libro (Margarita en un mundo de adultos) que se convirtió realmente en ilustradora.
¿Qué fue lo primero que se te ocurrió de Chikijet?
La primera viñeta que hice, que es también la primera del libro, es de amor en patines de La primera viñeta que hice, que es también la primera del libro, es de amor en patines de cuatro ruedas, así era en los 80. Todo se activó un día del 2014 cuando me puse unos patines (ahora de línea) y me lancé, aunque no usaba unos desde hace buuu, décadas! me resultó muy natural, como algo incorporado. Creo que por eso me conecté con experiencias de niña, porque guardan mucho de lo que soy ahora. Y al mismo tiempo se han cumplido suficientes años como para mirar globalmente toda esa experiencia que fue la infancia. Lo de hacerlo libro vino cuando la editora de Vasalisa, Florencia Olivos, me lo propuso. Yo iba publicándolas en face en su sitio “Chikijet” por el gusto de hacerlas.
¿Has visto la reacción de niños que no hayan crecido en los años 80 al leer Chikijet?
Nos han llegado fotos de algunas lectoras y nos han comentado que les ha gustado harto, una incluso se lo leyó dos veces en un día, y súper bien, porque como son experiencias de niña contadas por una grande, no lo esperaba.
¿A qué jugabas cuando chica?
Como aparece en Chikijet, jugábamos mucho playmobil, con aplicaciones naturales, sus monedas eran hojitas, algunos eucaliptus eran soldados… Y con mi amiga de barrio buscábamos aventura, como aparece en una viñeta dormíamos en carpa en el patio, o andábamos todo el día en bicicleta buscando calles nuevas. Con mi hermano hacíamos juguetes hechizos, un Mazinger con tarros, o zancos, una espada con un palo de escoba, en esa época no había tanto como ahora además…
¿Quién fue tu primera ídola?
Mi primera ídola?, creo que fue la Abeja Maya jaja, la encontraba tan inteligente y lanzada. Esperaba muy ansiosa cuando llegaban las revistas, todavía no sabía leer, entonces me las leía mi nana Carmen o mi hermana con voces, era lo máximo.
¿Qué es lo que más extrañas de los años 80?
En mi infancia ochentera, si se nos caía la pelota en la casa del vecino, nos pasábamos no más, habían pocos portones eléctricos, alarmas… Había una cierta libertad siendo niña, de andar sola en la calle, salir en bicicleta, con mucho menos paranoia de los papás yo creo…Y también lo que hablaba antes, de menos acceso a juguetes, no quedaba otra que ocupar mucho el ingenio. También extraño a Miguel Bosé con malla.
Chikijet está disponible en tapa dura y blanda, fue editado por Vasalisa (flamante editorial de cómics, libros álbum y objetos ilustrados de autores chilenos) y se puede comprar en todas las Contrapunto de Santiago, en Plop Galería, La Tienda Nacional y en librerías Catalonia, Takk, Altamira, Lolita y Gatopez.
En Zancada tenemos un ejemplar para sortear entre quienes respondan en comentarios a la pregunta:
¿Qué momento recuerdan especialmente de su infancia ochentera?
*Actualización: la ganadora fue Vanessa Torres, nos contactamos con ella por mail. ¡Gracias a todas por comentar!
Lo que más recuerdo era la salida a jugar en la calle, hacerse un lado cuando venían los autos y partir al negocio “de la vuelta” a comprar TODO lo que se me ocurriera, porque aunque fuera de mala calidad, siempre había!
Adoraba jugar en el pasaje con todos mis amigos, coleccionar cosas como los boletos de micro, pero lejos lo que más me gustaba era sentarme en el asiento al lado del chofer y tener la misma vista de el, pasarme el rollo de que y manejaba, ahh buenos tiempos.
De mi infancia ochentera recuerdo las papas fritas con ketchup JB que nos hacía mi tía Rosa en el Quisco, para ver el festival de Viña. Mi abuelo y una de sus hermanas tenían casa allá, entonces nos juntábamos varias familias. Éramos hartos primos de edades similares, así que tengo puros lindos recuerdos de esa época. También cuando veía Espartaco, que quedaba tocadita toda la tarde jajaja porque eran unos monos muy complejos para mis 4 o 5 años.
Recuerdo jugar con mis amigos a tratar de elevar un tarro se colacao con el motor de un auto de pista en forma de 8 conectado a un palo de helado a modo de hélice conectado a muchas pilas tamaño D….y pensar que ahora hay helicópteros de juguete que le puedo comprar a mi hija
Jugar con mis vecinas a todos los juegos posibles. Toda la tarde, hasta que se oscureciera. Los días de verano, cuando los días era mas largos, y no aburrirse nunca de correr, de reír. Llegar corriendo a la casa y tomarme un vaso de agua al seco, para volver a salir a jugar. Mirar Candy en la tele. Tomar once con tomate y marraqueta, todos en la mesa y ver como los días pasan sin ningun apego, con la inocencia de la niñez.
Lo que más recuerdo son los juegos grupales: el “tombo”, la “chapa”, el “alto a la pelota”, que te hacían interactuar con los niños de la cuadra, hermanos y primos. Y en lo personal, un verano en que a mi papá le regalaron un cajón gigante con peras, y todos los juegos de destreza que involucraran frutas (sacar e una manzana del agua, comer una manzana colgada del techo con las manos en la espalda) los hacíamos con peras, jajaja.
Yo me acuerdo de mis hermanas bailando aeróbica con calzas brillantes, dando volteretas en el suelo y chasquillas escarminadas
Qué lindo libro, el otro día lo estuve hojeando y me encantaría leerlo.
Lo que más recuerdo de mi infancia ochentera son las tradiciones, por ejemplo en esta época siempre me compraba alguna tenida nueva para estrenar el 18 y yo contaba los días para poder usarla y que el día estuviera bonito porque antes había mucha más probabilidad de invierno en fiestas patrias.
También recuerdo ver Pipiripao en las tardes después del colegio, ver el Capitán Futuro y luego cambiarme a los Thundercats.
Recuerdo los cumpleaños con chocolate caliente, jugar a la escondida, a la pinta. En el colegio salir corriendo cuando sonaba la campana para el recreo, perseguirnos. Tener las rodillas rasmilladas y chuparme la sangre de las heridas. Pegar las láminas de los álbumes con goma y esparcirla con la paleta. Jugar al luche, a la payaya, que era seca, seca. Comer helados de invierno, natur, cubos… todo fue lindo.
Mil recuerdos! guerra de bombitas de agua en toda la calle con los papás ayudándonos a llenar las bombitas, jugar al elástico, al tombo, al pillarse, a la pinta, toda la cuadra andando en bicicleta jugando a que eran motos e ir a cargar bencina en la casa de la Sra. María y pagarle con hojas de lugutrina como plata! lo máximo… =)
Me acuerdo de un verano en especial en el que me regalaron unas hawaianas que no eran las típicas de planta blanca con huinchas azules, sino que eran rosadas y a mi mejor amiga le encantaron, pero a ella no se las compraron, entonces decidimos usar una cada una y el otro pie descalzo. Jugamos días enteros así! qué paaavres jajajajajaja!
lo que más recuerdo de mi infancia, son los veranos, donde nos juntábamos todos los primos, y nos íbamos en patota a la playa, o jugábamos a la pilla arriba de los árboles =D, y en las noche, preparábamos show para los adultos, con coreografía de los grupos de moda, o inventábamos cumpleaños para hacer fiesta de pijamadas ….. qué lindos recuerdos!!!!
Jugar todo el día en la calle y cuando era invierno, ir a pisar las posas de agua era un panorama.
Lo que más recuerdo de mi infancia es cuando jugaba a las bolitas, era seca para la cuarta, apostábamos los bolones que eran los más caro, como 10 pesos ajajajaj y los pantalones todos pelado en la rodilla porque jugábamos en el suelo y mi mama me retaba porque tenía que pegarle un pedazo de género!