Por Verónica Orb
La industria evoluciona día a día y nosotros también debemos hacerlo. Después de haber transformado mi vida con el método KonMari™️ me cuestioné muchos hábitos de consumo y quiero compartir contigo 8 cambios que puedes hacer para tener un baño sustentable.
Piensa en lo siguiente: yo tengo 40 años y uso cepillo de dientes desde los 2, eso quiere decir que llevo 38 años usando cepillos de dientes, los cuales hay que cambiar cada 3 meses, o sea 4 al año. Si multiplicamos 4 x 38 = 152. ¡¿What?! Sí, he usado alrededor de 150 cepillos de dientes en mi vida y, si la salud me acompaña, usaré 150 más.
¿Sabías que un cepillo de dientes se descompone después de 400 años? O sea, no es que se degrade, sino que se va destruyendo en pequeñas partículas (los famosos microplásticos) que finalmente quedan en la tierra y llegan al mar donde son ingeridas por los peces y luego por nosotras cuando comemos pescado.
En alguna parte leí que nos comíamos ⅓ de tarjeta de crédito al año, prefiero no buscar la fuente para confirmarlo.
Lo sé, sacar la cuenta es atroz, pero podemos hacer un cambio y adquirir hábitos sustentables que nos ayuden a evitar que en el 2050 haya más plástico que peces en el mar.
1. Prefiere cosmética sólida
Lush fue una de las primeras marcas en fabricar productos de uso personal en formato sólido. La gran ventaja es que evitas el envase de plástico además de tener ingredientes naturales, fabricadas a mano y ser más duraderas.
Uno de mis objetivos principales al llevar una vida más sustentable es reciclar menos y usando cosmética sólida lo puedo alcanzar. Para mí, el reciclaje es la última opción, la primera siempre será rechazar los envases plásticos.
2. Haz tu propio desodorante
Tranquila, no necesitas estudios ni un gran laboratorio para fabricar tu propio desodorante. Es muy sencillo y te aseguro que tienes todos los ingredientes que necesitas en tu casa. En mi Instagram tengo un reel con la receta.
Como hemos usado desodorante comercial, lleno de aluminio y parabenos durante mucho tiempo, nuestro cuerpo se va a desintoxicar y puede que huelas mal un par de semanas, pero te juro que después se pasa. Atrévete a probar y deja de depender.
3. Reemplaza tus productos de higiene femenina
Un estudio reciente del SERNAC demostró que las mujeres gastamos alrededor de $130.000 anuales en productos de higiene femenina, los cuáles van directo al vertedero. No voy a calcular cuántas toallitas o tampones he usado a lo largo de mi vida menstruante, pero me imagino que más de 1.000.
Lo que podemos hacer para evitar esto es reemplazar su uso por toallas de tela reutilizable, usar la copa menstrual o los calzones menstruales, que son mis favoritos por su capacidad de absorción y comodidad. No, no huelen mal y personalmente complemento el calzón con la toalla de tela durante el día, así cuando la cambio sigo protegida.
Si vas a hacer este cambio, te recomiendo que para lavarlas las dejes remojando en agua fría, así evitas que se fijen las manchas y luego las enjuagues. Esta es la manera más sustentable al no lavarlas con el chorro de la llave.
4. Cambia la manera en que lavas tus dientes
Usa un vaso, por favor no dejes el agua corriendo mientras cepillas tus dientes. Este es uno de los primeros pasos para tener un baño sustentable, seguro lo sabes.
Y, como ya hemos usado demasiados cepillos de dientes plásticos, es hora de reemplazarlos por los de bambú, que son biodegradables al tener mango de madera y las fibras de nylon se pueden recolectar en un frasquito para luego reciclarlas.
Algo que no pruebo aún es la pasta de dientes sólida, he visto recetas DIY, algún día experimentaré y les cuento.
5. Prefiere los productos reutilizables
Abre tu mueble del baño y revisa cuántos productos desechables tienes ahí. Por ejemplo: cotonitos, rasuradoras, tampones, pétalos desmaquillantes, toallitas húmedas, seda dental, etc. Después de hacer este análisis, evalúa cuáles podrías reemplazar por una alternativa más sustentable. Existen productos de higiene personal reutilizables gracias a su material plástico o metálico, como cotonitos y rasuradoras, en estas últimas sólo tienes que reemplazar el cuchillo.
Atención amantes de la costura: puedes confeccionar tus propios pétalos desmaquillantes con una polera vieja de algodón, la que pueden remojar y lavar una y otra vez, la tela después se recicla o composta.
6. Elige bien tu maquillaje
Me imagino que viste el video del conejo Ralph y antes de comprar algo nuevo en maquillaje o productos cosméticos te fijas si tienen en el envase el sello de “cruelty free”, pero nunca es suficiente, siempre podemos hacer algo más.
Actualmente, hay varias marcas de cosmética vegetal y algunos productos vienen en envase reciclable, incluso algunas tiendas los reciben y los puedes cambiar por un producto.
7. Consigue una luffa
La luffa es una esponja de origen vegetal y se puede usar tanto en la cocina como en el baño para reemplazar las esponjas de plástico. Después de alrededor de tres meses se puede compostar.
He visto gente que planta las semillas que, por lo general, traen y así cultivan sus propias esponjas, ¡qué más sustentable que eso!
8. Ponle un filtro a tu ducha
Además de absorber algunos metales y minerales que secan tu piel y cabello, los filtros de ducha sirven para ahorrar agua al tener un aireador. Lo siento, lo voy a repetir hasta el cansancio, tenemos que cuidar el agua.
¡Pero, Vero, son tantas cosas y no sé por dónde empezar! Tranquila, empieza de a poco, una zancada a la vez. Si ves que se está terminando el desodorante, compra los ingredientes que te faltan para preparar el propio, si te queda un concho de shampoo en la botella, busca un shampoo sólido que sea adecuado para tu tipo de cabello, si tu cepillo de dientes está chascón busca donde comprar uno de bambú y así empieza a hacer los reemplazos de a poco.
Mi cambio sustentable favorito es el shampoo, acondicionador y loción corporal sólida. Es tan fácil transportarlos al viajar. si se parten los meto en una bolsa de organza para seguir usándolos y si están húmedos los seco con el secador de pelo antes de guardarlos en mi cosmetiquero. Y, lejos lo que más me gusta es que, ya no tengo esa repisa metálica oxidada en la ducha, bueno además que ya no genero envases para reciclar. Pucha que se invierte tiempo en reciclar… que lava, seca, aplasta, guarda y lleva. ¡No más! Rechaza los envases plásticos y usa este tiempo en algo que te guste, más que ir al punto limpio.
Verónica Orb
Diseñadora Industrial
Asesora de imagen
Consultora método KonMari™️