Antónima

Antónima, cantante nacional que va al Lolla: “Quiero promover el amor universal, libre y sin tapujos”

Antónima, que se llama Antonia en su día a día, es de la música emergente chilena y en marzo irá al Lollapalooza. Compatibiliza su trabajo con la música, y por mientras le gusta caminar por el centro de Santiago.

AntónimaPor Belén Leyton (@belenleytonl)

Antónima (@_antonimamusic) viene del indie chileno y si bien tiene pocas canciones publicadas en plataformas, tiene una estética y tópicos bien definidos. Antonia Cayupe, la voz de Antónima, escribe poesía desde muy pequeña, participó en el coro del colegio y llegó a tocar con Claudio Parra de Los Jaivas. Y ahora, tres años después de comenzar con su proyecto participará en el Lollapalooza.

—Todavía no lo podemos creer. Estamos deseando que no se suspenda. Es una tremenda oportunidad y obviamente sabemos que estamos recién empezando y que quizás no vamos a estar llenos de público, pero estamos trabajando mucho para que sea un show súperbonito y también muy completo y profesional. Que sea una performance más que un concierto. Y también nos va a servir como un piso para seguir desarrollándonos.

El comienzo de Antónima

—Cuando estaba en el tercer año de universidad, como en 2018, sentía que me hacía mucha falta volver a la música. Entonces, empecé a transformar mis poemas en canciones. En realidad las primeras fueron como en el 2015 o 2016, pero nunca las publiqué porque me daban vergüenza. Después pude producir mi primera canción con el Javier, mi productor hasta el día de hoy, y que se lanzó en 2019, harto tiempo después. Y desde ahí que hemos estado lanzando música.

—¿Y por qué te llamas Antónima?

—Al principio éramos un dúo y yo tocaba con una amiga, la Nicole. Nos llamábamos Antónimas porque éramos como opuestas: ella era la parte más ruda y yo las más dulce y angelical. Nuestras voces eran muy distintas: la de ella era más rasposa y potente y la mía más suave. Entonces, era como ese juego de antónimos. En esa época el proyecto era más folk.

Pero después ella se fue y ya teníamos cosas publicadas con ese nombre, entonces yo le saqué la “s” y me quedé como Antónima porque igual combina con Antonia.

Antónima participó en el taller musical de Balmaceda Arte Joven que dirigió Yorka en 2019 y como actividad final, en pleno estallido social, hicieron el disco compilatorio Fuego, canciones de emergencia. El año pasado la invitaron al homenaje por los 10 años del disco Mena, de Javiera Mena, en el que cantó Hasta la verdad.

En el resto de sus canciones ha usado el pop para explorar el amor.

—Mis canciones son de amor, porque mi poesía habla de eso y porque la literatura es una herramienta para crear nuevos lenguajes y códigos colectivos.

—¿Qué quieres lograr con Antónima?

Transmitir un mensaje: promover el amor universal, libre y sin tapujos. También quiero contribuir a que haya más proyectos liderados por mujeres en la música pop urbana que no está tan explorada en la escena emergente. Y, obviamente, lo que todos deseamos: crear algo nuevo. Se viene una búsqueda larga.

Antonia es arquitecta y le gusta salir a caminar

Soy arquitecta de profesión y actualmente estoy trabajando en eso. Hace poquito, de hecho. Entonces, estoy un poco muerta con los tiempos, pero me estoy adaptando. En este momento, Juan Pablo, mi pololo y guitarrista en Antónima, se está preocupando de organizar, ser director de la banda y productor. Y yo, apenas salgo del trabajo, me meto al 100%.

—Pero igual es harto trabajo.

—Pero se puede. Cuando una tiene las ganas de hacer las cosas, sobre todo para la escena emergente que es muy complicada, la única manera es ponerle muchas ganas, porque si no, no funciona.

—¿Y qué has hecho durante la pandemia?

Desde que empezó hasta ahora ha sido un proceso de composición, porque también está muy ligado con la introspección. Entonces, para las personas que escriben, no solamente quienes hacen canciones, o que realizan cualquier actividad que requiera inspiración, la pandemia ha sido ideal en ese sentido. Brinda mucho espacio introspectivo y eso abre el análisis interno hacia todo lo que está pasando. Despierta muchas emociones, pensamientos, sensaciones.

A mí, en lo particular, escribí mucho desde el 2020 hasta ahora y han nacido nuevas canciones y nueva poesía.

—¿Qué haces cuando no estás componiendo ni trabajando?

—Soy bien activa, me gusta salir harto. Me gusta salir con el Juanpi a conocer lugares, hacer salidas. La última vez que salimos así como a un lugar muy abierto fue al Templo Bahá’í, que no lo conocíamos. También nos gusta viajar. Pero también las cosas simples: me gusta mucho caminar, recorrer el centro de Santiago y tomar fotos. También hago harto ejercicio y cada vez que podemos vamos al gimnasio.

O vemos películas. A mí me gusta mucho ver series. Y si no, dormir (risitas).

—¿Qué serie estás viendo?

—Ahora ninguna porque me las terminé: Emily in Paris, Sex Education, todas esas ya las vi. Ahora he estado con una serie de Spotify que se llama Caso 63 y estoy metida porque puedo trabajar y escuchar. Es una serie en podcast y en tu mente transcurre la historia y te hace pensar y analizar. A mí me abrió la mente como un portal. Y eso sirve después para un proceso creativo porque cambia tu perspectiva de las cosas.

Al final todo ayuda en el arte. ¿Qué música te gustaba cuando eras chica?

—Los artistas que más me gustaban eran la Fran Valenzuela, Miranda, también me gustaba harto Axé Bahía, la Javiera Mena. La música romántica también.

—Vas el viernes 18 al Lolla, ¿a quién quieres ir a ver?

—Uy, los del día viernes me gustan todos, pero en particular quiero ver a Francisco Victoria y a Dulce y Agraz.