por Rodrigo Ferrari*
Hay música que duele. Que cala los huesos como el frío en invierno y que no tengo ni la más remota idea de por qué es así. Qué nervios tocan que hacen que uno quiera enrollarse en sí mismo para aguantar el dolor que provoca. Eso me pasa con “Zebra”, mi canción favorita de Beach House y parte del disco Teen Dream (2010). El año de su estreno tuve la suerte de ver a la banda en el Park Stage de Glastonbury. Victoria Legrand salía al escenario a media tarde y recuerdo haberle oído decir “vamos a tratar de ponerle algo de oscuridad a este día tan soleado”. Tres años después compartí con ella la van que los llevaba a La Cúpula y tímidamente le pasé mi copia del álbum en cuya portada escribió “Rodrigo, yo what’ up ♥︎” (y algo más que nunca he logrado descifrar), más tarde les tomé fotos que nunca me han gustado mucho. Ese día estaba tenso, incómodo, como si algo fuera a pasar. Fue cuando sonó “Zebra” que tuve que agarrar mis cosas, ir a sentarme a un lado del escenario y aguantar la puntada. No había sido una buena semana, pero ese era un lindo día a inicios de septiembre y claro, había que ponerle algo de oscuridad a la tarde.
Don’t I know you better than the rest
All deception, all deception from you
Any way you run, you run before us
Black and white horse arching among us
Como siempre, la idea es ponerlos al día de nuevas canciones que andan dando vueltas hace poco y que -quizás y solo quizás- no conocen. Esta semana incluí “Rolling on” uno de los singles del quinto disco de la banda de Baltimore Celebration. Me gusta la voz de Katrina Ford y la evolución de sus integrantes que empezaron con otra banda en los 90s haciendo noise punk y que han madurado bonito. Ducktails es el proyecto de Mathew Mondanile, uno de los fundadores de Real Estate, que la semana pasada estrenó “Map to the stars”, el que probablemente sea el primer single de su nuevo disco. El resto de las novedades tiene ya su tiempo, por ejemplo lo que hace Eagulls, banda inglesa que interpreta “My life in rewind”, canción que la primera vez que la escuché pensé se trataba de algún lado B desconocido de The Cure. Tanto la ejecución de las canciones con esos ecos y armonías en clave gótica, como el timbre de voz de George Mitchell, engañan a cualquiera, pero lejos de considerarlo una vil copia me parecen un lindo homenaje a una de mis bandas favoritas. La californiana Charlie Hilton llevaba algunos años tocando la guitarra y escribiendo canciones para Blouse, su primera banda, pero el año pasado sacó su proyecto solista que también suena bien y del que incluí “100 million”. Holy Wave es una banda que de Texas se pasó a Los Angeles (ni tontos) y que hacen un rock que mezcla el low-fi del garage con la psicodelia muy de costa oeste. El disco donde está “Western playland” también es del 2016 y para los que se dan la paja de leer este mail, les recomiendo escucharlos porque probablemente pronto lo vamos a poder hacer en vivo ????.
Espero les guste el resto de la selección. La de Urge Overkill la escucharon en Pulp Fiction; la de Todd Rundgren en The Virgin Suicides; la de Talking Heads hace poco en 20th Century Women y la versión de Beck para la original de The Korgis en Eternal Sunshine of the Spotless Mind.
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Las gráficas de No Tan Random son de Francisca Alcalde y Tomás Dintrans.
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