¿A qué jugabas cuando chica?: A las Termas de Chillán

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por Michele Monet

Con mi hermana en los inviernos, después de que dejaba de llover, nos poníamos nuestras botas Bubblegummers y salíamos a nuestro patio trasero con todos nuestros Playmobil, Little People de Fisher-Price y unos cuantos Pin&Pon para colocarlos adentro de unas cajas de helado y algunas tablas que encontrábamos por ahí, y los hacíamos navegar en un gran pozo color chocolate lleno de barro que se formaba después de la lluvia.

El juego sólo consistía en hacer que navegaran los monitos a quienes llamábamos “turistas” en las hermosas aguas de las Termas de Chillán. Lo divertido de todo esto es que este juego se bautizó así sólo porque habíamos visto un comercial en la tele que publicitaba las famosas termas y nosotras imaginábamos que eran así.

Luego de grande fui a las famosas termas y me reí al ver un gran hotel de lujo con pistas de esquí que no tenían nada que ver con el pozo color chocolate de mi patio trasero donde se almacenaba la chatarra de mi casa.

7 Comments

  1. En todo caso, nada que ver las termas de chilán con pozos de barro. Pero buenísimo el juego, yo cuando iba como en octavo jugaba aalgo parecido con una amiga, pero haciamos barrial en el patio de atrás y nos metiamos nosotras y nos dabamos baños de barroo y jurabamos que ibamos a quedar regias jajajja, que chori.

  2. Que lindo recordar…. hasta los 4 años viví en Santiago (bueno el último lugar que recuerdo) y ahí nos fuimos a vivir a Buenos Aires, vivimos un tiempo en Capital en una casona GIGANTE, mis primos, mis hermanos y yo (seis en total con edades de 2, 3, 4-yo y mi primo-, 8 y 12) nos daba por jugar en la azotea, donde había un tanque de agua y nos metíamos ahí, también unos vecimos adolescentes nos tirtaban dulces desde sus ventanas, les parecían entretenidos estos chilenos con acento extraño. Al tiempo nos fuimos a vivir a las afueras de Bs As en una parcela inmensa y nuestros juegos eran buscar animales (pájaros principalmente) muertos para darles sepultura, recuerdo que nos incábamios a rezar para que revivierán, cosa que lógicamente nunca ocurría. Teníamos columpios que colgaban desde el techo del quincho y jugabamos a la Quinceañera columpiándonos de el, nadabamos el día entero en la piscina de la casa (hecha por nuestros padres y primos grandes, en la que aprendimos a nadar), salíamos a andar en bici todos juntos acompañados por mi mamá y por nuestros 3 perros fieles (dos pastor alemán y un doberman) que nos acompañaban en nuestra travesía de ir a mirar la casa-barco (sí! una casa en forma de barco) que a los 7 nos fascinaba. También nos dió una época por andar todo en día con patines de hielo en el pasto y baldosines que conectaban el portón con el porche jajajajaja…. Uno de mis primos, el de 12, se creía super héroe y se tiraba desde el techo de la casa…. mientras todos lo observabamos orgullosos de su hazaña.

    Uffff!!! Tantas cosas más…. pero ya el post se extendería demasiado.

  3. y yo creo que ese es sólo uno de los miles de juegos divertidos de las hemanitas “Monet”… como el de Halloween que nos contaste anoche jajajajajaja

  4. Lo mejor era que después de llover te ponías las botas de agua y realmente te sentías invensible, como un superhéroe, y sentías que nada te podía parar! era la mejor sensación del mundo y chapotiar, uuuuuuu! lo mejor, lejos!

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