Es complejo cuando no hay una conexión instantánea y tienes que trabajar tus habilidades sociales, buscar el punto intermedio entre generar buena onda y también ser la profesional seria que se necesita en el contexto "pega”.
La buena noticia es que esta habilidad puede entrenarse. Compartimos algunas técnicas y herramientas muy útiles para disminuir el temor y conseguir niveles razonables de relajación y seguridad antes de hablar en público, ya que la mentalidad positiva es muy relevante en ese momento.
No todo es café. Sobre todo si es para despertar y terminar bien la tarde en la universidad, el trabajo o lo que sea que hagamos. Aquí compartimos algunos alimentos que nos sirven para energizar las tardes.
Desde este año los independientes tenemos que cotizar sí o sí. Teníamos muchas dudas que resolvimos preguntando en la AFP y Previred. Aquí les contamos cómo nos fue.
Después de tantas cosas que vivieron, que presenciaron, o que les contaron sus propias compañeras de pega, decidieron hacer algo concreto. Sus metas son de todos los tamaños, desde que ser escuchadas cuando dan una idea, hasta que se les pague lo mismo por hacer la misma pega, nada muy alejado de lo que hoy se exige a nivel social, pero con focos que guían esas exigencias hacia la industria en la que trabajan.
Es simple, no me gusta ir a trabajar. No es que sea floja, siempre he trabajado en distintas cosas, pero es ese sentimiento de falta de sentido de las cosas que día a día hacemos en el trabajo, el cual, conversando con mis amigas de la misma edad, me di cuenta que también sienten. Es un mal generacional dice mi mamá "estos millennials que no quieren trabajar".
Irremediablemente empecé a sentir ese dolor de cabeza pesado y molesto que no se va con nada. También me han dado ganas de arrasar con todo lo dulce y rico que encuentre a mi paso. Pero nada de esto es tan terrible como lo que me pasa anímica y emocionalmente cuando ando premenstrual y, por qué no decirlo, también durante los días de regla.
Siempre he escuchado que las oportunidades “se dan una sola vez en la vida” y que si no la tomas cuando se te presenta, perdiste. Bueno, creo que eso no es siempre verdad.
He fallado más de una vez en eso, especialmente después que nació mi hija. Quería hacer todo, y hacerlo perfecto. Y las veces en que algo se me olvidaba, era un motivo de stress. Colapsaba con frecuencia, me autoflagelaba, me cuestionaba como mamá. Y al querer hacer mil cosas a la vez, finalmente no me concentraba y no avanzaba.
Las vacaciones para mí son sinónimo de playa. Lo pasé sagradamente en el Quisco hasta que cumplí 12 años y buena parte de mi infancia se resume en esos veranos inolvidables.