Globos, flores, velas. Cenas románticas, canciones dedicadas. Puede sonar muy bien, pero en mi caso no hay forma de que me gusten los gestos románticos.
Agradezco a ese hombre de transición que me hizo ver que podía enamorarme de nuevo, pasarlo bien y olvidar lo mal que lo pasé después de terminar una relación.
Las redes sociales son un arma de doble filo. A muchas les ha pasado que, si son madres y publican una foto de un panorama solas, lo primero que hace la gente es preguntarles: ¿con quién dejaste a tus hijos? Una práctica que sería bueno erradicar.
Que la primera cita sea en el cine es una oportunidad perfecta para tantear terreno. Si no hay onda, simplemente das por terminada la cita junto con la película. Si hay interés, la cita continúa...
En 2015 conocí a mi actual pareja, quien es un pelotudo de esos que entregan el amor a migajas, de esos a los que hay que pedirles que te abracen… Lo nuestro ha sido por capítulos inconclusos, capítulos intensos y viajes increíbles.
Estoy en un punto difícil de mi relación y veo la separación como una alternativa que me haría bien. Otras veces creo que vale la pena intentar salvar lo que nos queda, pero no sé cómo. Me recomendaron la terapia de pareja, pero... ¿servirá para algo?
Solo me surgen dos problemas: el primero es que me dijeron que tenía que hacer 180 min de deporte a la semana, para mi nivel de sedentarismo, siento que me pidieron escalar el Everest.
No sé por qué no había visto esta maravilla de video promocional de la fotógrafa Mónica Muñoz, una de las mejore fotógrafas que conozco, y, sin dudarlo, la autora de las mejores fotos de matrimonio que he visto en mi vida. No exagero.
Quizás tengo un problema, pero no me gusta que me conquisten. Todas mis relaciones han comenzado porque he sido yo quien toma la iniciativa. Y si el prospecto además se pone romántico... es un rotundo no.