Capital Cities en Teatro Caupolicán: Noche de trompetas láser

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por Nader C., fotos: Carlos Müller – Lotus Producciones.

Con mi hija tenemos la costumbre de mostrarnos música. A veces, ambos hemos descubierto muy buenas bandas así, a través de este ejercicio que nos mantiene unidos (se lo recomiendo a cualquier padre, la música es capital simbólico). Aunque otras veces somos muy críticos y miramos a huevo el aporte del otro. Cuando me mostró Safe and Sound, le dije que sonaba bien, pero en realidad pensé que era una copia de Learning to Fly de Tom Petty, al menos en las notas del principio y no pesqué mucho más. Luego escuchamos The Kangaroo Court, con el video de la cebra y todo eso. Un momento, pensé. Algo tiene esta banda con la trompetita. El asunto me dio vueltas en la cabeza hasta que escuché la referencia al Bitches Brew de Miles Davis (1970) en Farrah Fawcett Hair (con la voz del locutor de NPR, Frank Tavares).

Todas las piezas encajaron al verlos en el Teatro Caupolicán la noche del domingo. La trompeta, ejecutada por Spencer Ludwig es el instrumento protagonista. Me llamó la atención que al googlear a los integrantes de la banda, solo aparecieran los nombres de Simonian y Merchant, el dúo original formado en 2011. Antes de ser integrante de la banda, el plan de Ludwig, quien estudió jazz con su mentor John Fumo, consistía básicamente en lanzarse con pura actitud a aprender sobre la marcha, aceptando todas las tocatas (me caen bien esas vidas improvisadas). Fue en septiembre de 2011, luego de abrir para Capital Cities, que Simonian lo invitó al estudio para grabar algo. Cito textualmente a Ludwig:

“En medio de la sesión, me pidieron que improvisara sobre la música, llenando los espacios vacíos entre las letras, duplicando las melodías del sintetizador y manteniendo notas por largo rato para crear una vibración. Lo que sea que hice ese día, significó la adición de un nuevo miembro al set en vivo. Desde esa jam session, mi rol no ha cambiado mucho” .
Por algo la banda deja todo ese espacio para que Ludwig improvise durante los shows. Yendo de un lado al otro del escenario, acercándose a la gente, flexionando su cuerpo para alcanzar agudísimas notas, Ludwig es el elemento dinámico que mantiene el balance de la puesta en escena. Aparte de ser un gran trompetista, creo que su mérito radica también en volver a poner al jazz en el espectro popular (con todo lo sospechosa que parece esa palabra hoy en día), alejándolo de cafés lateros y coleccionistas ídem con pipas que usan el jazz como arma de distinción masiva y acercándolo sobre todo a los niños.

Sebu Simonian es show aparte, con sus gafas de sol y su barba al qaeda style, echando mano de su sintetizador y bailando todo el rato. Ryan Merchant, en contraste, es un poco más calmado, con chaqueta de cuero y guitarra blanca. Respecto al show en sí, solo me resta decir que fue impecable. Una hora y cuarto de baile, con un público que coreaba y se movía como un mar naranja, sincronizado al beat del synthpop, con rayos láser y explosiones de confetti. ¡Qué bien que lo pasó la gente!

Con mi hija mirábamos desde la parte más alta de la galería y saltamos de alegría cuando hicieron esa pequeña versión de Remember the Time, de Michael Jackson (uno de nuestros héroes) o cuando interpretaron Nothing Compares 2 U de Sinéad O’Connor (que de hecho, está en el disco titulado In a Tidal Wave of Mystery) y también Holiday, de Madonna, al finalizar el show. No importa si tienes 37 o si tienes 11, la buena música siempre se abrirá paso, uniendo territorios donde parece que ya no hay puentes, como el agua que atraviesa la piedra.

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  1. “Aparte de ser un gran trompetista, creo que su mérito radica también en volver a poner al jazz en el espectro popular (con todo lo sospechosa que parece esa palabra hoy en día), alejándolo de cafés lateros y coleccionistas ídem con pipas que usan el jazz como arma de distinción masiva y acercándolo sobre todo a los niños.”…Puro prejuicio ctm Dx.

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